Historia secreta de Corea del Norte: los trucos de la dinastía Kim para lograr el poder absoluto

Hoy nos hablan del potencial militar de Corea del Norte, de una posible guerra contra Estados Unidos y de las cuantiosas ventajas que ha obtenido el régimen de la guerra de Ucrania. Pero también de una dinastía de dictadores comunistas, la única que queda en el mundo, que se ha mantenido en el poder durante décadas gracias a una combinación de represión interna, control ideológico y una hábil gestión de las alianzas internaciones. Y ya desde sus inicios, vaya. Porque Kim Il-sung, abuelo del actual dictador, consolidó su poder apoyándose en el respaldo de las facciones más jóvenes del país, su reputación como líder antijaponés y su capacidad para aprovecharse de la Unión Soviética y de China.

–¿Cómo se fraguó la separación entre ambas coreas?

VC – Fue una decisión tomada por los Estados Unidos en el final de la Segunda Guerra Mundial, después de que Japón abandonara la península coreana y de que las fuerzas soviéticas entraran en ella. La situación era compleja: la URSS había accedido a la región desde el norte y, en principio, a los norteamericanos no les preocupaba. Al final hubo una reunión en Washington en la que se preguntó a varios oficiales de rango medio cómo acometer el problema. Así, se decidió crear una línea divisoria adecuada entre ambas zonas de ocupación. Es curioso... como los estadounidenses no tenían un mapa de Corea en la sala de reuniones, utilizaron revistas de 'National Geographic' para trazarla. Lo hicieron a ojo. No sabían que esta acción iba a tener unas consecuencias en la actualidad.

–¿Cómo se hizo la dinastía Kim al poder?

RP – Kim Il-sung fue elegido porque la URSS pensaba que le podría manipular y por su gran poder de oratoria. Podrían haber seleccionado a diferentes líderes comunistas, no era el único, pero apostaron por él porque, además, había sido un oficial de la resistencia anticolonial japonesa y sabían que era popular. Es cierto que se manejó muy bien frente a otros adversarios a través de la represión y de ganarse el apoyo de la facción más joven dentro del partido. Este grupo, cuyos ideales eran sencillamente a favor de Corea, terminó por imponerse a los pro-soviéticos y a los pro-comunistas. A partir de entonces, supo mantenerse en la poltrona mediante purgas y represión. Supo navegar en la política interna del país.

–¿Cómo fue su relación con la Unión Soviética y con China?

VC – Kim Il-sung supo sacar provecho de las diferencias entre la URSS y China. Gracias a ello, de hecho, se hizo con el liderazgo del movimiento comunista entre los sesenta y los setenta. Jugó a dos bandas. Tras la guerra se valió de la ayuda económica de la URSS y, cuando Stalin murió, bebió de los chinos durante años. Así hasta que, durante la revolución cultural, abrazó de nuevo a la Unión Soviética.

Corea. Una nueva historia del Sur y del Norte

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–¿Fue su relación con Mao tan desafortunada como se cree?

RP – A nivel personal no se llevaban bien. Lo suyo era una relación de interés: Mao necesitaba países que le apoyaran contra la Unión Soviética y, en este sentido, le beneficiaba contar con la ayuda de una región que tuviera frontera con la URSS. Pero es algo que sucedía también con Stalin, que se burlaba en privado de Kim Il-sung y no le consideraba un líder serio. En todo caso, el hijo de Mao luchó y murió en la guerra de Corea; fue uno de los miles de soldados chinos que participaron. De ahí nació la afinidad de Mao hacia el país.

–Hace poco se publicó que los soldados norcoreanos estaban siendo utilizados como carne de cañón por el régimen ruso en la región de Kursk. ¿Le renta al país colaborar en el conflicto?

VC - Esta colaboración con Rusia ha sido muy importante para Corea del Norte. Le ha proporcionado municiones y tropas a Putin. Kim, por su parte, ha conseguido energía, que necesita mucha, así como comida y medicinas. Todo aquello que no pudieron adquirir con la pandemia de COVID. Además, aunque están sufriendo severas bajas en Ucrania, han ganado experiencia de combate, y los soldados que han vuelto del frente van a ser tratados como héroes. Al mismo tiempo, ahora circulan historias en el país sobre los miles de muertos de los soldados norcoreanos en Ucrania. Se rumorea que las familias de los soldados están muy molestas porque no sabían que sus hijos habían ido a la guerra. Para Putin, estas tropas han sido muy muy importantes en términos de ganar y reconquistar territorio en Kursk. Así, Putin no ha tenido que utilizar soldados rusos. También se ha informado de que, aunque los soldados norcoreanos tuvieron un montón de dificultades al principio, ahora son más efectivos.

RP – Solo me gustaría añadir que es una relación de conveniencia para los dos. Corea del Norte tuvo cerradas sus fronteras desde el inicio de la pandemia hasta el final y, al abrirlas de nuevo, se ha visto beneficiada. Gracias a esta colaboración, Kim ha podido recuperarse además de su fracaso con las cumbres de Trump.

–¿Cuál es el potencial real de Corea del Norte desde el punto de vista militar?

RP – Hay ciertas tecnologías que Corea del Norte no tenía y que le puede transferir Rusia. Sabemos, por ejemplo, que no tiene la capacidad de lanzar un misil de largo alcance que salga de la atmósfera y luego vuelva a entrar para atacar un objetivo concreto. Eso puede cambiar gracias a Putin, y supondría una amenaza para sus vecinos del sur, Japón y Estados Unidos. Además, si hubiera una confrontación dentro de la península coreana, tendrían soldados con experiencias en combate. Tampoco podemos olvidar que va a recibir tecnología relacionada con satélites espía que, de otra forma, no habría podido obtener. Y por último, la gran pregunta: ¿Rusia está dispuesta a transferir sus avances nucleares a Kim? Es difícil saberlo a no ser que haya un ensayo nuclear, que no hay desde 2016.

VC – La guerra de Ucrania ha demostrado que la seguridad en Europa está ligada a la de Asia. No solo por la entrega de tropas, sino porque, a cambio de esas tropas, Putin le ofrece tecnología militar a Corea del Norte. Creemos que relacionada con submarinos nucleares y misiles balísticos intercontinentales de largo alcance. Esto es muy significativo porque complica la capacidad estadounidense de luchar una guerra en Corea y en Taiwán. La situación se complica enormemente en Asia y afecta a Europa.

—¿Cómo debemos ver a Corea del Norte? Algunos personajes transmiten una imagen bufonesca del país...

VC – Es una amenaza muy seria. La relación entre Putin y Kim ha incrementado enormemente las capacidades militares norcoreanas. También es real que, en el caso de que se produjera una guerra en Taiwán, Corea del Norte podría provocar muchos problemas a Estados Unidos y obligarla a dividir sus fuerzas en dos frentes. Eso, además, daría ventaja a Putin en Europa. Existe la teoría de que, si dejamos en paz a Corea del Norte, no molestará. Pero creo que lo que nos ha enseñado la guerra es que, si lo haces, causarán un montón de problemas.

RP – No debemos olvidar también la amenaza de la ciberseguridad. Corea del Norte es muy potente en este ámbito y ha lanzado ciberataques contra objetivos europeos. La amenaza, por tanto, va a continuar. Hasta la fecha han robado secretos militares y han golpeado desde el Banco Central de Bangladesh, hasta el sistema financiero de muchos países. Han atacado incluso a Rusia, a pesar de ser aliados. Esto demuestra que no existen cortapisas a la hora de arremeter contra países como España. De hecho, pensamos que ya lo han hecho, pero no se dice de manera pública por un problema de reputación.

–¿Cómo es la situación actual en Corea del Norte?, ¿es tan bárbara como se quiere transmitir?

VC – Lo que ocurre en Corea del Norte nunca está claro. Sabemos con certeza que hay abusos de los derechos humanos tanto contra la gente, como contra los miembros de la élite que sean considerados desleales. Es una sociedad en la que todo el mundo espía a todo el mundo, en la que prima la desconfianza y en la que se ha generalizado el miedo a que, en mitad de la noche, el ejército te lleve al calabozo por algo que se haya interpretado mal. Esa es una práctica que, además, han exportado y replican en otros países. No creo que haya ni pizca de exageración en lo que se cuenta. Un ejemplo es el COVID. Durante tres años, la política del gobierno ha sido decir que no había pandemia en Corea del Norte. Nosotros hemos entrevistado a ciudadanos que nos corroboran lo contrario y nos confirman que se les prohibió contarlo.

RP – Estamos hablando de un país en el que la pena de muerte es un disparo de mortero... Eso es algo que han corroborado testigos presenciales. Un país en el que existen campos de concentración y en el que las condiciones son brutales.