La producción y exportación de coches se recupera, pero los electrificados se quedan en el 9,5%
Las exportaciones, que han supuesto el 86,5% de la producción, aumentan un 3,7%, y alcanzan las 180.495 unidades
«El Grupo Volkswagen quiere seguir invirtiendo en Estados Unidos«, ha recalcado Blume. Volkswagen ya emplea a más de 20.000 personas directamente en ese país y a más de 55.000 personas indirectamente, en la fabricación de automóviles, autobuses escolares y camiones. También mantiene una asociación permanente con la empresa estadounidense Rivian. "Construiríamos a partir de este punto con inversiones adicionales y masivas. Todo esto debe influir en las decisiones", ha asegurado el directivo.
Además de esta confirmación por parte de Blume y, según la agencia de noticias Reuters, BMW y Mercedes-Benz están también hablando con el Departamento de Comercio de Estados Unidos sobre un posible alivio arancelario sobre la base de un mecanismo en el que las importaciones se compensen con las exportaciones de Estados Unidos. Los fabricantes alemanes esperan un acuerdo firme entre el gobierno de Estados Unidos y las compañías individuales antes de que termine el mes de junio a cambio de «miles de millones de dólares» en inversiones en Estados Unidos. El principio que se aplica en las negociaciones es que cualquiera que invierta en el país debe beneficiarse de mejores condiciones marco.
BMW ha explicado que la compañía siempre ha estado en estrecho diálogo con varias partes interesadas en EE. UU., lo que incluye a representantes políticos de diferentes niveles, pero prefiere no comentar específicamente sobre la negociación en curso. Mercedes-Benz tampoco quiere hacer comentarios. Su CEO, Ola Källenius, ya había adelantado a finales de abril que estaba en conversaciones con el gobierno de EE.UU. sobre una posible expansión de su planta en el país y anunció la producción allí de otro modelo de SUV. La filial de Volkswagen, Audi, ha estado examinando la construcción de su propia planta de producción en los EE. UU. durante algún tiempo. Volkswagen podría aumentar las inversiones en su planta de Chattanooga o en la fábrica de la nueva marca Scout en Carolina del Sur. BMW opera su planta de producción más grande del mundo en Spartanburg, Carolina del Sur y, según sus propias cifras, es el mayor exportador de automóviles de EE. UU. en términos de valor.
El hecho de que sean las empresas que se van a beneficiar del acuerdo arancelario las que contribuyan con las inversiones que exige Trump podría eximir a los gobiernos y a la Comisión Europea de la parte más gravosa del pacto. Sacar este controvertido asunto de la agenda política permitiría, además, conformar más fácilmente una posición cerrada por parte de EE. UU y la UE en cuestiones geopolíticas de primer nivel y ofrecer una imagen de unidad más seria de cara a potenciales oponentes como Rusia o China.
Los fabricantes alemanes de automóviles tienen una presencia significativa en el mercado estadounidense. En 2024, Volkswagen vendió allí 379.178 unidades, mientras que Mercedes-Benz colocó más de 375.000 vehículos, incluyendo 325.000 turismos y 50.000 furgonetas.
Las cifras de 2025, sin embargo, ha caído en picado e inciden en el descenso de resultados, que en el caso de Volkswagen fue del 39,1% en el primer trimestre. Un pacto que exija grandes inversiones en Estados Unidos, por otra parte, puede suponer un golpe añadido para la economía alemana. «Desde 2022, la industria automovilística alemana ha invertido más en el extranjero que en Alemania», se queja Hildegard Müller, presidenta de la Asociación Alemana de la Industria del Automóvil (VDA). Entre 2025 y 2029, el sector alemán prevé en conjunto un gasto de capital de 320.000 millones de euros para investigación y desarrollo y de 220.000 millones de euros para nuevas plantas o emplazamientos existentes. La industria automovilística representa cerca del 5 % del PIB alemán y emplea a más de 800.000 personas.