Pedro Sánchez se apunta al 'juego de tronos' del automóvil europeo

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dio ayer un volantazo en la posición de España respecto a los aranceles a los coches eléctricos fabricados en China. Hasta ahora, nuestro país siempre había estado a favor de ellos y, de hecho, así se manifestó en la votación secreta que la UE celebró entre los Estados miembros en julio.

Ayer, pidió a la UE que «reconsidere» la imposición de unas tasas que van del 9% al 36,3% y se añaden al 10% que ya abonan todos los vehículos importados desde aquel país. La razón: las ayudas estatales que los fabricantes chinos reciben y que les permiten vender mucho más barato. Bruselas dice tener pruebas de ellas.

«No necesitamos una guerra comercial, necesitamos construir puentes entre la UE y China.... Se trata de encontrar un termino medio y nosotros estamos reconsiderando nuestra posición», indicó Sánchez en el cierre de la visita al gigante asiático. Y que, entre otras misiones, se ha hecho para atraer a nuestro país inversiones de empresas chinas como los más de 900 millones de euros que Envision ha prometido para producir hidrogeno en nuestro país.

Sin olvidar que unas de las represalias que quiere tomar China en esta guerra comercial apunta directamente a la carne de porcino, un sector especialmente sensible para España, que tiene en el gigante asiático a su primer cliente mundial, con cerca de un 30% de las ventas.

Alemania, contra los aranceles

El cambio de tercio era desconocido por el sector español del automóvil, que sí había ayudado al Ejecutivo a preparar la visita. Y supone pasar de estar junto a Francia o Italia, a colocarnos junto a Alemania. Esta última, aunque en la votación secreta de julio se había abstenido, públicamente siempre ha dicho que los aranceles «traerían más perjuicios que beneficios».

Sobre todo, a sus fabricantes. El Grupo Volkswagen, BMW o Mercedes son muy dependientes del mercado chino, donde también fabrican y donde colocan hasta el 30% de sus ventas mundiales. Ayer, desde la oficina de canciller alemán, Olaf Scholz, se felicitaban por las palabras de Sánchez: «Si otros países europeos también se dan cuenta de que [los aranceles] no benefician en nada a nuestra industria, eso solo puede ser positivo. Es una dirección de empuje que compartimos».

Los grandes fabricantes

Aunque es un movimiento más en el particular juego de tronos que parece desarrollarse entre los principales países con fábricas de vehículos en la UE: Alemania, España (que es el segundo productor), Francia e Italia. En los Estados miembros sin industria del automóvil, su futuro preocupa menos. O nada.

De hecho, el cambio de postura de España se ha hecho público sólo un día después de la reunión de Sánchez con la cúpula de SAIC en Shanghai. Esta compañía es la matriz de la marca MG, que está deshojando la margarita sobre dónde instalar su primera planta de vehículos en el Viejo Continente. Hungría y la República Checa compiten con nuestro país, pero las opciones de España salieron muy reforzadas tras un encuentro que ambas partes calificaron de «muy positivo». ¿Ofreció el presidente, como un argumento más, pelear para que se redujeran o eliminaran los aranceles?

Todos contentos

La solución puede contentar a todos. Por un lado, los eléctricos chinos pagan algo más, pero no una exageración. Por su control de la cadena de valor y de la tecnología y por sus bajos costes de fabricación, se lo pueden permitir. La semana pasada, Wayne Griffiths, CEO de Cupra, pedía que, en lugar del 21% que tiene que pagar su modelo Tavascan, se les aplicara una solución individualizada como a Tesla, que solo abonará un 8% de arancel extra.

A cambio, las compañías chinas mantienen sus proyectos para Europa, proyectos que son a largo plazo y suponen -en principio- la última gran oleada de inversiones extranjeras del automóvil en Europa. Por eso, en Italia también se han reunido con SAIC y el Gobierno de Meloni, ante las amenazas de recortes de Stellantis, no deja de ofrecerse para recibir las fábricas del enemigo. Incluso la férrea Francia estaría "encantada de acogerlas".

Volkswagen pide oxígeno

Tampoco hay que olvidar la carga de profundidad que supuso el anuncio, la semana pasada, de la complicada situación que atraviesa la marca Volkswagen. Tan crítica, que podría llevar al cierre de dos factorías en Alemania, lo nunca visto. Volkswagen, por cierto, perdió el año pasado el primer puesto en las ventas en China que ostentó los últimos ocho años. ¿Quién se lo arrebató? La china BYD.

Por último, el esperado informe Draghi publicado este lunes dejaba claro que «la transición hacia el vehículo eléctrico (VE) es inevitable», pero también señalaba que «las políticas climáticas de la UE, aunque ambiciosas, han puesto en desventaja a la industria europea frente a competidores internacionales». Especialmente, los fabricantes chinos que se han beneficiado de políticas más coordinadas y estímulos masivos para los vehículos eléctricos.

La crítica se refiere a la prohibición de vender coches de combustión en 2035, una fecha que no se puede dar por segura. Tampoco los aranceles, que deberán ser negociados con los Estados miembros de la UE de aquí a finales de octubre.