EE.UU. obliga a la UE a limitar la exportación de chips a China como parte de su acuerdo comercial

Uno de los puntos calientes de la guerra comercial, que ahora mismo es así ante la ausencia de un acuerdo entre las superpotencias, es la tecnología, y dentro de ella los semiconductores, las piedras preciosas de la era digital. Y en medio de ambos colosos, enemigos naturales, está Europa, que parece haberse inclinado del lado estadounidense en materia tecnológica.

Según ha avanzado este viernes el diario chino 'South China Morning Post' (SCMP) y figura en el acuerdo comercial rubricado este jueves entre la Administración Trump y la Unión Europea, los países europeos se comprometen a evitar que los chips de IA que reciban de Estados Unidos acaben en China, tal y como se recoge en el quinto apartado del acuerdo arancelario firmado este jueves por ambos socios.

La Unión Europea se comprometió a invertir al menos 40.000 millones de dólares en chips estadounidenses, así como a adoptar «medidas de seguridad» similares a las que emplean en Washington, con el fin de evitar «filtraciones tecnológicas con destinos preocupantes», según refiere el textual del acuerdo. Según el medio chino, esta construcción no es más que un eufemismo para referirse al enemigo comercial de Estados Unidos en este campo: China.

Aquí manda Washington

Estados Unidos habría logrado introducir por tanto en el acuerdo arancelario un apartado que condiciona de manera relevante la soberanía tecnológica de Europa, al menos en lo que respecta a los chips. La industria tecnológica europea es aún muy pobre en el campo del desarrollo de microprocesadores, al menos en comparación con la de las dos superpotencias, y el Viejo Continente se ve obligado a recurrir a la importación para abastecer a sus empresas tecnológicas de este tipo de dispositivos tecnológicos de base.

El suministro ya lo tiene asegurado: los 40.000 millones de dólares que deberán invertir en la industria estadounidense de semiconductores, que Trump está apostando por reactivar, quedan acordados. Sin embargo, Europa no podrá disponer de sus productos, que adquiere de EE.UU., con libertad, o al menos no podrá negociar con China para vendérselos, a tenor de la terminología del acuerdo.

«La Unión Europea tiene previsto colaborar con Estados Unidos para adoptar y mantener requerimientos de seguridad tecnológica alineados con los de Estados Unidos, en un esfuerzo conjunto para evitar filtraciones tecnológicas a destinos que suscitan preocupación«, reza el quinto punto del acuerdo.

Además, la última frase del apartado deja claro que este requisito será indispensable para que la industria tecnológica europea tenga acceso a esos microprocesadores. «Estados Unidos se esforzará para facilitar dichas exportaciones una vez que los requerimientos se hayan alcanzado«, remacha el texto del acuerdo. Es decir, que EE.UU. tendrá poder de decisión sobre la capacidad de exportar chips a China desde la UE, y solo cuando se hayan cumplido los requisitos que los reguladores de Washington establezcan.

Sefcovic valora el acuerdo

El comisario europeo de Comercio, Maroš Sefcovic, admitió el jueves en su comparecencia para explicar los términos del acuerdo comercial que EE.UU. «quiere asegurarse de que, una vez estos chips de IA estén en Europa, se queden en Europa, se utilicen en beneficio de la economía europea y no se trasladen a otro lugar».

En palabras de Šefčovič «lo importante es tener acceso a estas tecnologías punteras y, por supuesto, estamos dispuestos a colaborar con nuestros socios estadounidenses para garantizar el cumplimiento de todos los requisitos de seguridad de ambas partes, la UE y EE. UU., con el fin de asegurarnos de que las tecnologías sensibles no caigan en manos equivocadas».

Europa ha intentado seguir una política de no alineamiento con ninguno de los dos bloques, de los que depende comercialmente de un modo u otro. Sin embargo, el comisario reconoció el jueves ante los medios que dada la tendencia de China a hacerse fuerte en su monopolio de tierras raras, en ocasiones provocando escasez de estos materiales en la Unión Europea, los estados miembros más escépticos se han convencido de arrimarse a EE.UU. en el ámbito tecnológico.

Lo más probable es que China no se vea afectada por esta disposición que restringe la posibilidad de importar chips estadounidenses vía Europa. Como publicó ABC esta tecnología ya no les atrae tanto como antes, pues consideran los chips estadounidenses anticuados e inseguros, y la tendencia de las tecnológicas del gigante asiático parece indicar una preferencia por la industria nacional de chips, que cuenta con colosos como Huawei, Naura o SMIC.