Tesla desiste de hacer un coche eléctrico barato: suspende el Model 2

El fabricante de coches estadounidense Tesla desiste de cumplir con una de sus grandes promesas: hacer un coche eléctrico asequible. Según adelanta Reuters este viernes, la compañía dirigida por Elon Musk ha abandonado el proyecto Model 2 en plena caída de sus márgenes y ventas, para dirigir sus esfuerzos al diseño y producción de robotaxis autónomos. Esto supone un cambio radical para una compañía que nació con la idea de fabricar primero coches de lujo, para después ofrecer “un coche familiar de bajo coste”, el cual se suponía que iniciaría su producción en Texas en 2025 y se comercializaría por unos 25.000 dólares. A día de hoy, el coche más barato de la compañía es el Model 3, que en España tiene un precio de 39.990 euros sin ayudas públicas.

Este volantazo de la automovilística se produce en un momento complicado para la empresa, que registró una caída de ventas del 8,5% entre enero y marzo, hasta las 386.810 unidades, lo que le provocó una fuerte caída en Bolsa del 4,9% después de la presentación de los datos. Este viernes, tras la información publicada por Reuters, la compañía llegó a caer un 6%, aunque después ese retroceso se aminoró a cerca de un 3,4% al cierre de los parqués europeos. La apuesta de la compañía por los robotaxis parece ser un desafío más complicado que el del Model 2, tras las numerosas promesas incumplidas de Musk sobre la inminente llegada de la conducción 100% autónoma.

De esta forma, el magnate borra a Tesla de la carrera por ofrecer el llamado vehículo eléctrico de masas, en la que compañías chinas como SAIC Motor (dueña de MG) parecen sacar varios cuerpos de ventaja a sus competidores, sobre todo europeos. Para proteger a sus fabricantes, la Comisión Europea inició una investigación en octubre sobre los supuestos subsidios públicos ilegales que reciben las compañías chinas, lo que sumado a unos costes laborales y energéticos más bajos les estaría dando una ventaja decisiva respecto a fabricantes como Volkswagen, Renault o Stellantis. Este último pasó de ser uno de los máximos críticos con las marcas chinas, a comprar el 20% de una de ellas, Leapmotor, por 1.500 millones de euros.

La competencia proveniente de China no hace más que crecer con el último anuncio de Xiaomi, que acaba de presentar su primer modelo, el SU7 (un vehículo exclusivamente eléctrico), que tiene prestaciones que recuerdan a un Porsche pero a un precio inferior al de Tesla. El gigante tecnológico planea apostar con fuerza por este negocio nuevo para ella y apunta a estar entre los cinco principales fabricantes de coches del mundo en la próxima década y media.

Estos nuevos fabricantes están llegando en un momento en el que la tarta del vehículo eléctrico parece ser aún muy pequeña para todos, ya que las ventas de este tipo de automóviles están aminorando su crecimiento (tal y como vaticinó Tesla en la presentación de sus resultados del ejercicio pasado) por la escasa infraestructura de recarga, el alto precio de los vehículos, así como por la suspensión de las ayudas en países como Alemania, China o incluso Noruega, pionero en la adopción de este tipo de movilidad.

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