Donald Trump amenaza con "desatar el infierno" en Oriente Medio si Hamás no libera a los rehenes israelíes

Donald Trump ha empezado a gobernar Estados Unidos. Aunque el traspaso de poderes no se producirá hasta el próximo 20 de enero, y aunque no ha desvelado aún el 100% de su Ejecutivo, el presidente electo está actuando como si ya estuviera en el Despacho Oval. Recibe los dosieres de seguridad nacional, recibe en su residencia a líderes mundiales, desde el primer ministro canadiense al secretario general de la OTAN, habla con mandatarios de todo el planeta. Y ahora, incluso, se involucra en política internacional.

Este lunes, en un mensaje en su red social, Trump ha dado un ultimátum a Hamas: o libera inmediatamente a los rehenes israelíes capturados el 7 de octubre de 2023 o "desatará el infierno en Oriente Próximo" y castigará a los responsable con la mayor dureza nunca empleada por su país. La retórica es la habitual en Trump, siempre grandilocuente. Pero el mensaje es claro y esperado.

Irónicamente, en 2017 ocurrió algo parecido pero a la inversa, cuando el movimiento islamista palestino avisó de que la decisión del presidente estadounidense de reconocer Jerusalén como capital de Israel, y llevar allí su embajada, suponía "abrir las puertas del infierno para los intereses estadounidenses en la región", llamando a una tercera intifada.

En redes sociales

"Todo el mundo habla de los rehenes que están siendo retenidos de forma tan violenta, inhumana y contra la voluntad del mundo entero en Oriente Medio, pero todo son palabras y ninguna acción. Por favor, que este mensaje sirva para dejar constancia de que si los rehenes no son liberados antes del 20 de enero de 2025, fecha en la que asumiré orgullosamente el cargo de Presidente de los Estados Unidos, desataré un INFIERNO en Oriente Medio y para los responsables que perpetraron estas atrocidades contra la Humanidad. Los responsables serán golpeados más duro que nadie en la larga y legendaria Historia de los Estados Unidos de América. ¡LIBEREN A LOS REHENES AHORA!", ha escrito en su cuenta de Truth Social.

La política del presidente electo hacia la zona no va a sorprender a nadie. Su relación con Benjamin Netanyahu es mucho más cómoda que la que el israelí tiene con Joe Biden. Ha nominado para el Departamento de Estado y la seguridad nacional a dos halcones totalmente próximos a Tel Aviv. Y escogido para embajador en Jerusalén a un ex gobernador evangélico que no cree que exista el pueblo Palestino. No hay grises ni muchos matices en sus avisos de estas semanas. No hay referencias a las víctimas civiles de la guerra en Gaza o Líbano. Ni a la tregua que empezó hace unos días con Hizbolá. Sólo una amenaza a uno de los lados y un plazo máximo.

Oriente Próximo, ahora mismo, ya es algo parecido a un infierno. Humanitario para millones de persones y geopolítico. En los últimos meses Irán e Israel se han bombardeado directamente por primera vez. Los hutíes atacan desde Yemen. Y ahora, islamistas apoyados por Turquía han logrado avances espectaculares en Siria, tomando Alepo y llegando a Hama. Hay un terremoto en toda la región, que afecta a los aliados de Teherán, pero también de Moscú. Un avispero en el que cualquier chispa puede complicarlo todavía más.
Hace unas semanas, el que será próximo presidente de Estados Unidos celebró la muerte del líder de Hamás, Yahya Sinwar, y reprochó a Biden el "frenar" la estrategia del primer ministro israelí.