Solo el 16,3% de toda la población joven española está emancipada, lejos del 31,9% de media la Unión Europea

En España, solo el 16,3% de toda la población joven ―siete millones de personas entre 16 y 29 años― está emancipada, lejos del 31,9% de media la Unión Europea. Se trata de una ligera mejora de 0,37 puntos porcentuales respecto a 2022, pero la cifra queda lejos de los números registrados antes de la crisis ocasionada por la covid (18,7%) y de la gran recesión de 2008, cuando los jóvenes emancipados superaban el 26,1%. Así se desprende del último informe del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España presentado este martes. “Te acercas a los 30 y no consigues reunir las condiciones económicas para vivir solo, si te lo puedes permitir te ves obligado a compartir casa con personas con las que no tienes ningún tipo de vínculo, tu espacio de privacidad se reduce a una habitación de siete metros cuadrados y eso puede afectar a tu salud mental, a tu paz... así es muy difícil construir un proyecto autónomo”, lamenta Andrea Henry, presidenta de la entidad, que recuerda que en España la edad media de emancipación sigue estancada en los 30,3 años, frente a los 26,4 años de media europea, según Eurostat.

Esta precariedad vital, que no permite a los jóvenes vivir de forma independiente, choca, en cambio, con algunos datos positivos registrados en el ámbito del trabajo. La última reforma laboral, que entró en vigor en marzo de 2022, causó un doble efecto en la población joven asalariada en el primer semestre de 2023. Por una parte, propició que hubiera un 23,9% más de personas jóvenes con un contrato indefinido que un año antes; por otro, causó que quienes contaban con un contrato fijo discontinuo (que solo trabajaban unos meses al año, aunque su contrato fuera indefinido) fueran un 64,6% más que en el primer semestre de 2022. También bajó el número de quienes tenían un contrato temporal, un 20,5% menos que un año antes. En el primer semestre de 2023, el paro juvenil bajó a niveles de 2008, se situó en el 20,1%.

Personas jóvenes emancipadas en viviendas de alquiler.
Personas jóvenes emancipadas en viviendas de alquiler.EL PAÍS

El salario mediano de los jóvenes se incrementó a mediados de 2023 un 5% hasta llegar a los 12.062,59 euros netos anuales, 579,77 euros más que en el primer semestre de 2022. La brecha salarial entre las mujeres y los hombres fue de 1.788,45 euros al año.

Pero, según los cálculos del Observatorio de Emancipación, esas mejoras son insuficientes en el escenario actual de encarecimiento de los precios de la vivienda. El salario mediano de los jóvenes españoles en 2023 se situó en los 1.005 euros netos al mes en 12 pagas. En el plano habitacional, el alquiler mediano de una vivienda ascendió a 944 euros (80 euros más que un año antes), lo que supone el 93,9% de ese sueldo. Si a eso se suma el gasto mediano de los suministros de una casa, unos 138 euros al mes, un joven necesitaría 1.082 euros para poder vivir en solitario, lo que implica que le faltarían 76,9 euros, señala el informe. “Nuestra sensación es que nunca podemos alcanzar la velocidad del mercado, esto no tiene que ver con esfuerzo ni con ganas, antes era muy frecuente entre los que estudiaban tener que compartir piso, ahora también entre los que trabajan”, lamenta Andrea Henry, presidenta de la entidad, que señala que aunque ellas se emancipan en mayor medida, un 6% más, el número de hombres jóvenes que se independizan en solitario duplica al de las mujeres.

En el primer trimestre de 2023, el 37,9% los jóvenes que alquilaron una vivienda, tuvieron que compartirla (no con sus parejas). El alquiler siguió siendo la opción mayoritaria para las personas jóvenes que se encontraban emancipadas. El precio de las habitaciones en pisos compartidos fue de 375 euros (un 7,1% más que en 2022, cuando fue de 350), lo que supuso el 37,3 % del salario mediano joven.

Contratos indefinidos suscritos por jóvenes.
Contratos indefinidos suscritos por jóvenes.EL PAÍS

Hipotecas imposibles

Ainhoa Pérez Campos, de 26 años, sorprendió hace unas semanas a los lectores de EL PAÍS al publicar una carta a la directora en la que manifestaba su desazón. “Vivo en casa de mis padres y no tengo ahorros. Además, soy consciente de que nunca seré madre, ya voy tarde. Tarde para conseguir el trabajo de mis sueños. Tarde para comprarme un piso o una casa... me miro en el espejo, me quedo observando a mis amigos y solo veo un grupo infantilizado por la vida que nos está tocando vivir”. Su testimonio sirve como resumen de los resultados que muestra este informe, una generación que siente que va tarde, o peor, que piensa que nunca podrá llegar. “Nuestra situación no se arregla con parches, ni con bonos del alquiler que en muchos casos ni siquiera nos llegan, hace falta un plan integral que aborde nuestra situación, y un buen punto de partida es resolver la situación de la vivienda”, cuenta por teléfono en uno de los descansos de sus prácticas en un periódico local de A Coruña.

Según el documento del Consejo de la Juventud, la primera mensualidad de una hipoteca correspondería al 65,9% del salario mediano joven ―a mayoría de los estudios señalan como el máximo aceptable el 30%― y para pagar la entrada habría que ahorrar 53,796 euros, el equivalente a cuatro años y medio de su trabajo.

A finales de 2022 (último periodo para el que hay datos disponibles), la población joven era el segundo grupo de edad con un mayor riesgo de pobreza o exclusión social de España, tan solo superado por la infancia. El 30,2 % de personas jóvenes se encontraba en situación de vulnerabilidad.

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