Muslim Interactiv, el movimiento que promueve el califato en Alemania>
Al día siguiente, la ministra de Interior Nancy Faeser reconoció que la noticia resultaba «perturbadora» y que «ver una manifestación islamista de este tipo en nuestras calles es difícil de soportar». El canciller Olaf Scholz llamó a «perseguir todos los delitos, allí donde se hayan infringido las leyes de la República Federal de Alemania» y las fuerzas de seguridad se lanzaron a la investigación pertinente. A la manifestación no había asistido ninguna mujer, según la Sharía exentas de la vida pública, pero entre los hombres asistentes fue posible identificar a Joe Adade Boateng, líder del movimiento Muslim Interaktiv, una red islamista con pretensiones anticonstitucionales sucesora del grupo Hizb ut-Tahrir (HuT), prohibido desde 2003.
Boateng tiene 25 años y está estudiando para ser profesor. Vive en Neuallermöhe y tiene pasaporte alemán. Nació en Alemania en 1998, de madre alemana y padre procedente de Ghana. En 2020, se dio a sí mismo el nombre islámico de Raheem Boateng e hizo su primera aparición como reacción a los ataques xenófobos en Hanau: el momento fundacional de Muslim Interactiv.
Desde entonces, la Oficina para la Protección de la Constitución ha estado monitoreado al grupo, por estar clasificado como extremista. En otoño del año pasado, protagonizaron violentos disturbios en una manifestación no autorizada en la que tres policías resultaron heridos. Más recientemente han vuelto a los titulares por forzar a varios alumnos de un instituto a convertirse al Islam a base de presión social, un asunto que está siendo investigado por la Fiscalía.
El grupo opera casi exclusivamente en las redes sociales, difunde su propaganda de manera extremadamente profesional y se dirige principalmente a los jóvenes musulmanes con el objetivo de radicalizarlos. Sus seguidores son mayoritariamente miembros de la tercera generación de inmigrantes: hombres de entre 15 y 25 años, nacidos en Alemania, que hablan bien alemán y la mayoría con pasaporte alemán. La cabeza visible del movimiento, Boateng, es elocuente, guapo y bien entrenado. Se viste de forma moderna y difunde a diario nuevos vídeos a través de TikTok, cuyo mensaje central es que los musulmanes en Alemania son oprimidos, tienen que defenderse y alzar la voz. «Cuando los políticos alemanes hablan de integración, en realidad se refieren a asimilación», repite en sus publicaciones. Denuncia que los musulmanes son privados en Alemania de su identidad. «¡Exigimos el derecho a tener un propio estilo de vida musulmán!», reclamaban los oradores de la manifestación, «el gigante dormido ha despertado» y Occidente tendrá que «rendir cuentas».
'Influencers' inslamistas
Tras la apertura de la investigación, Boateng ha declarado que las pancartas con la inscripción «El califato es la solución» no se referían a Alemania, sino al mundo islámico, con la visible intención de evitar la prohibición del movimiento, que pende de un hilo. Desde noviembre del año pasado, el ministro del Interior de Renania del Norte-Westfalia, el cristianodemócrata Herbert Reul, ha estado pidiendo la prohibición de Muslim Interactive y de dos organizaciones afines: Generación Islam y Reality Islam. Todas ellas alimentan las manifestaciones contra Israel relacionadas con el conflicto en Oriente Medio y que rozan constantemente la ilegalidad.
«Un extranjero cuya estancia ponga en peligro el orden democrático libre en Alemania puede ser expulsado», ha recordado el vicepresidente del grupo parlamentario del Partido Liberal (FDP), Konstantin Kuhle, que ha advertido que cualquiera que pida la abolición de derechos fundamentales en una manifestación cumple con este requisito. Pero lo cierto es que muchos de los seguidores de Muslim Interactiv tienen ya pasaporte alemán.
La policía alemana informa que tiene clasificados a 984 islamistas como «amenazas» y «personas relevantes». Según el Ministerio del Interior, este movimiento «atrae a sectores vulnerables de todos los grupos de población» y la mayoría de los islamistas clasificados como peligrosos por las autoridades de seguridad son ciudadanos alemanes. La policía recuenta entre estos radicales islamistas fichados hay 342 delincuentes y 334 personas relevantes que tienen nacionalidad alemana o doble. Les siguen los sirios, los turcos, los iraquíes y los tayikos. Todos ellos constituyen el «potencial terrorista islamista», tal como lo define la Oficina Federal para la Protección de la Constitución. Según el gobierno alemán, en 2023 fueron deportadas doce personas consideradas amenaza islamista, fundamentalmente a Irak y a Tayikistán. En lo que va de año, cuatro personas de este mismo espectro han sido deportadas a Irak, Tayikistán, Marruecos y Serbia.