Una española que vive en Estados Unidos, preocupada por el huracán que pone en peligro su casa de Florida: «Nos toca»
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Es, para las autoridades federales de EE.UU., la tormenta del siglo, un posible frente destructor como se han visto pocos. Según las mediciones, es uno de los tres más potentes desde que hay mediciones.
Su predecesor inmediato, Helene, que arrasó desde Florida hasta las Carolinas hace una semana, dejó un saldo devastador de al menos 230 víctimas mortales. Milton, por su parte, podría generar un daño menor en términos de extensión, pero mucho mayor en su intensidad, y eso es motivo de una honda preocupación. Viene el frente con una peligrosa marejada ciclónica que, según los expertos, podría ser catastrófica, elevando el nivel del agua hasta cuatro metros en la ciudad de Tampa.
El Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés) informó el martes de que la intensidad de Milton había cobrado fuera tras una breve disminución. Sigue siendo un huracán de categoría 4, pero en este momento, se espera que toque tierra como categoría 3.
Esos números tampoco son indicativos de potencial destructivo. Katrina, uno de los más mortíferos de la historia, tocó tierra degradado a categoría 3, tras comenzar, como Milton, en el 5.
Las órdenes de salida ya están en marcha en varias partes de Florida, y las autoridades estatales y federales están instando a los residentes a tomar las advertencias en serio, y hay tres millones de personas en zona de evacuación.
La alcaldesa de Tampa, Jane Castor, advirtió de que el nivel del agua podría ser tan alto que «básicamente estarías atrapado en un ataúd que será tu casa, si no evacuas». Esta imagen, dramática pero clara, busca alertar sobre los riesgos de permanecer en zonas tan vulnerables, sin apoyo gubernamental en el momento del impacto.
El gobierno federal, bajo la dirección del presidente Joe Biden, ha desplegado una serie de recursos de emergencia para ayudar a mitigar los impactos del huracán. Emilie Simons, portavoz de la Casa Blanca, informó este martes de que la administración ha activado equipos de generadores temporal y de rescate en inundaciones para hacer frente a la llegada de Milton. Han establecido además dos bases de operaciones con 20 millones de comidas y 40 millones de litros de agua, indicó Simons. Además, casi 900 empleados de la agencia están en la región, incluyendo 440 que aún trabajan en los esfuerzos de recuperación tras el paso de Helene.
Desde el Air Force One, mientras Biden volaba hacia Milwaukee, Simons subrayó la gravedad del huracán y lanzó una advertencia clara: «A cualquiera que esté en el camino de Milton, esta tormenta será catastrófica, la supervivencia no está garantizada».
La tormenta se encontraba al cierre de esta edición a unos 840 kilómetros al suroeste de Tampa y se desplaza hacia el este-noreste a una velocidad de 13 kilómetros por hora. Aunque el ritmo de la tormenta es lento, su poder destructivo sigue siendo una amenaza muy grave para los residentes de Florida, no solo de Tampa. Se espera que avance al Atlántico justo al sur de Orlando.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, ha instado a la población a no subestimar la magnitud de la tormenta, señalando que los daños pueden ser extensos incluso tierra adentro debido a las lluvias torrenciales y a los vientos que podrían derribar estructuras y cortar el suministro eléctrico.
Mientras tanto, los residentes de las áreas más afectadas se preparan para lo peor. Tiendas y viviendas están siendo tapiadas con tablones, y los supermercados han atendido a largas colas de personas en busca de provisiones de última hora. El lunes y martes hubo atascos de salida del estado.