El Papa, un enamorado de la naturaleza que intentó preservarla para las próximas generaciones
Francisco hizo del medio ambiente un eje de su pontificado y denunció los efectos sociales de la crisis ecológica
En el Vaticano no pasa desapercibido que la iniciativa a la que León XIV ha prestado más veces su apoyo sea el «Borgo Laudato si'», un centro de formación que el Papa Francisco quiso en los jardines de Castel Gandolfo y que nunca vio terminado. Cuando Bergoglio falleció, la idea quedó en el aire, pues no estaba claro si el nuevo Pontífice la sostendría. Como respuesta, León ha visitado públicamente sus instalaciones en dos ocasiones, y algunas otras en privado, y lo inaugurará oficialmente este viernes durante un evento especial en el que actuará Andrea Bocelli.
Su sede está en uno de los lugares más bellos de Italia, sobre las ruinas de la residencia estiva del emperador Domiciano, en los terrenos de la casa veraniega de los Papas. El centro racionalizará los recursos de sus instalaciones y los aprovechará todo el año sin interferir en las actividades oficiales del Pontífice en Castel Gandolfo. El cerebro de la iniciativa es el cardenal Fabio Baggio, de 60 años. «En 2022 me llamó el Papa Francisco y me pidió que pensara en un proyecto para los jardines de las Villas Pontificias de Castel Gandolfo.
Durante años los Pontífices consideraron este lugar como zona de descanso, pero Francisco cambió de idea y sugirió ligarlo a la encíclica Laudato si'», explicó el purpurado este martes durante un encuentro en la sede del nuevo centro. «Me confió que en la Laudato si' enseñaba con palabras, pero que él prefería enseñar con gestos y obras, y quería construir un ejemplo tangible de los principios de ese documento», añadió. Como resultado, Baggio propuso a Francisco aprovechar estas 35 hectáreas de jardines monumentales y 20 de granjas y terrenos de cultivo para alzar un «Centro de alta formación».
La elección de León XIV, explica Baggio, coincidió con «un momento delicado pues se necesitaban varias autorizaciones para continuar y aproveché para explicarle el proyecto». «Lo apoyó inmediatamente, me dijo que siguiera adelante y que no interrumpiéramos las obras durante su estancia en Castel Gandolfo», aseguró. Explicó que el centro no ofrece una propuesta meramente ecológica sino «una gran catequesis a partir de la belleza de este lugar, para ayudar a mirar hacia quien lo ha hecho, al Creador y mostrar la responsabilidad hacia las obras de la Creación. Todas las criaturas son hermosas, pero Dios ha querido que lo más bello sean las personas, y hay que respetarlas».
«Cuando hablamos de 'ecología integral' nos referimos a la interrelación entre Creador, Creación y criatura. Queremos que quien venga no se limite a admirar la belleza de los jardines sino que se pregunte quién es Dios, quiénes somos nosotros y qué es este mundo que ha creado», añade el sacerdote Manuel Dorantes, director de gestión del centro.
El centro ofrecerá formación a públicos variados que van desde grandes empresarios hasta a niños de escuelas, enseñará oficios ligados a la jardinería, la agricultura y la ganadería a personas vulnerables para ayudarles a entrar en el mundo del trabajo, y se sostendrá con empresas que cultiven su viña y olivares y vendan su vino y aceite, con plantas de jardín de sus invernaderos y con la leche de su granja, en la que además de vacas hay ocas, gallinas y patos que han regalado al Papa.
La religiosa Alessandra Smerilli, del Consejo de administración, explica que la idea es «ser ejemplo de modelo de economía circular que no sólo no genera beneficios y desperdicios sino que aporta un beneficio a la sociedad sin quitarle recursos». Además de las placas solares para producir más energía de la que consume, la prohibición de usar plástico y la transformación de residuos en fertilizantes, utilizan inteligencia artificial para calibrar la cantidad precisa de riego para cada tipo de planta, lo que, asegura, ahorran un 95% de agua.
El centro abrirá sus puertas este viernes con una visita del Papa y un concierto de Andrea Bocelli. «El arte y la música tendrán aquí un lugar especial», prometió en el encuentro el cardenal Baggio. «Las puertas están abiertas a todos, estáis siempre invitados», se despidió.
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