BBVA Research alerta sobre la inversión pese a subir el crecimiento al 2,9%: "Lo que ocurre en España es raro"
BBVA Research ha elevado cuatro décimas su previsión de crecimiento para la economía española hasta el 2,9% para este ejercicio, convirtiéndose así en una de las más optimistas, por encima del Banco de España (que la ha incrementado recientemente al 2,8%) y del Ejecutivo (que la sitúa en el 2,7%).
Según su informe 'Situación España' publicado este martes, la economía crecerá este año cuatro décimas más de lo que pensaban en junio y tres décimas más el próximo ejercicio, para el que incrementan su estimación hasta el 2,4% para 2025. Sin embargo, esta mejora se ve ensombrecida por el comportamiento de la inversión, que se considera una anomalía en este escenario de bonanza.
Los elementos que se encuentran detrás de la mejora son las revisiones al alza que ha hecho el Instituto Nacional de Estadística (INE) del crecimiento acumulado en los últimos años, que apotan cuatro décimas adicionales, y una inflación que ha bajado más de lo que se esperaba (hasta situarse en el 1,5% en septiembre), lo que suma otras cuatro décimas. Sin embargo, estas sorpresas positivas se ven mermadas por el comportamiento de la inversión, que ha dado una sorpresa a la baja y resta tres décimas este año y dos el próximo.
"Deberíamos estar viendo mucha más inversión productiva y mejoras de la productividad que no estamos viendo. El crecimiento está siendo por adición, extensivo, por acumulación de nuevo empleo (sobre todo extranjero) pero no en términos de productividad. No estamos viendo dinamismo en la inversión en I+D+i, hay algo de mejora en intangibles pero la brecha es muy grande", lamenta Rafael Doménech, responsable de análisis económico, en alusión a que la inversión sigue siendo el único componente del PIB que se encuentra por debajo de los niveles previos a la pandemia.
Es cierto que la revisión del INE elevó la inversión y permitió al Gobierno presumir de que ya había recuperado los niveles de 2019, sin embargo los expertos de BBVA aclaran que esta mejora en conjunto se debe únicamente a que se ha recuperado el nivel de inversión en vivienda. "Se ha rebajado la inversión en otras construcciones y en maquinaria y equipo. Los componentes de la inversión que determinarían un cambio de modelo de productivo como el que buscaba el Plan de Recuperación -cuyo objetivo era transformar la economía hacia la automatización, la digitalización y la transición ecológica- no se han recuperado sino todo lo contrario. Las revisiones a la baja que ha hecho el INE continuan poniendo el impacto de los fondos Next Generation en niveles relativamente bajos para lo que esperamos en su momento", señala por su parte Miguel Cardoso, responsable para España y Portugal del servicio de estudios.
España es considerada, de hecho, una excepción por la evolución de su inversión. "De forma regular, cuando hay crecimiento alto hay inversión alta. Lo que está ocurriendo en España es raro: con crecimientos tan altos no es normal que no haya inversión. Está por debajo de lo que debería", señalan.
¿A qué se debe este comportamiento? Además del impacto que han podido tener las subidas de tipos de interés, que encarecen la financiación de las empresas, los expertos apuntan a que podrían estar compensándose unos sectores con otros, puede influir también que no hay inversión pública -ya que el gasto público se está concentrando en gasto corriente- y puede haber un efecto sustitución, es decir, que los niveles de inversión tradicional hayan sido reemplazados por inversión con los fondos europeos, sin que estos hayan tenido un efecto multiplicador.
Resulta preocupante, en cualquier caso, que este componente, que puede garantizar un crecimiento futuro de la productividad, siga retardado. La economía española se está aprovechando de un consumo privado que aguanta por la mejora del empleo y las rentas salariales y por un consumo público que está creciendo, quizá, por encima de lo necesario. Ambas palancas, sobre todo la segunda, podrían perder fuelle en el futuro.
El problema de la vivienda
La vivienda es uno de los grandes problemas que tiene España. Pese a que se ha producido una aceleración en el número de visados de obra nueva y a que esperan que en los próximos dos años crezca un 17% el número de viviendas terminadas, consideran que no será suficiente para atender la demanda y que podría acabar por estrangular el crecimiento.
"Hay un factor muy importante que es cómo puede influir en el crecimiento potencial. La pregunta es: ¿por qué vienen los trabajadores inmigrantes aquí? Aparte de que algunos huyen por razones políticas, desde el punto de vista económico creen que su nivel de vida va a mejorar porque hay empleo y los salarios van a ser suficientemente altos como para compensar que vengan, pero luego tienen que asegurar que con ese salario tienen una capacidad de consumo que mejora realmente y si la vivienda no es accesible y es escasa se puede convertir en un cuello de botella que ahogue la propia inmigración. Hasta ahroa los datos de inmigracion están superando los datos de largo plazo del INE que auguraban que durante las proximas décadas íbamos a tener más de 370.000 entradas al año. Estas personas necesitan vivienda, si la vivienda es un bien escaso y caro en términos de capacidad de poder compra se puede convertir en un factor limitante", avisan.
El impacto de la inmigración en la productividad
La baja productividad sigue siendo otro de los males y riesgos que amenazan a la economía española, de hecho los expertos de BBVA recuerdan que "el PIB por ocupado ha avanzado apenas una décima respecto al último trimestre de 2019".
Uno de los factores que influyen en esta evolución es el efecto de la inmigración: "Existen dudas sobre el efecto de la inmigración en la productividad (la productividad por ocupado está al mismo nivel que en el cuarto trimestre de 2019) y preocupa su concentración en puestos de trabajo de poca cualificación". La parte positiva está en que "el nuevo proceso de incorporación de inmigrantes al mercado de trabajo se está produciendo con menores tasas de segregación ocupacional gracias a que su participación ha aumentado en casi todas las ocupaciones".
"La mejora de los incentivos y la reducción de las incertidumbres y barreras que frenan la inversión productiva son una necesidad apremiante para que la productividad crezca", reivindican.
Cuánto aporta cada variable
El consumo público será clave de nuevo este año para impulsar el crecimiento, con un aumento previsto del 3,9%, según BBVA, y del 2,7% el próximo año; mientras que el consumo de los hogares aumentará un 2,5% este año y un 2,1% el siguiente.
Las exportaciones de bienes crecerán un tímido 0,2% ante la debilidad de nuestos socios comerciales, mientras se espera una recuperación en 2025 con un crecimiento del 4,4%. Liderarán las ventas al exterior los servicios, con un aumento del 10,5% en las exportaciones este año, tanto por el auge del turismo como por el de los servicios no turísticos.
En el caso del turismo, los expertos siguen pensando que el modelo tocará techo. "Creemos que el turismo se tiene que desacelerar por varios factores: porque la demanda tiene un límite, la capacidad productiva está en máximos y porque se suben los precios", lo que contribuirá a la desaceleración de la economía en 2025.
En cuanto el empleo, sitúan la tasa de paro en el 11,5% este ejercicio y en el 10,8% el próximo.