El Papa envía una carta a su nuncio en Moscú en la que solicita «esfuerzos diplomáticos» para poner fin a la guerra en Ucrania

Hace tres semanas Francisco envió una carta al nuncio en Kiev, con motivo de los mil días desde la invasión. Era un texto que aseguraba «cargado de solidaridad», en el que se unía a las oraciones «por las numerosas víctimas del conflicto y los prisioneros» y en el que rezaba para que Dios ayude a emprender «caminos de diálogo, reconciliación y concordia». La carta a su representante en Moscú es mucho más dura.

Con la excusa de la cercanía de Navidad, el Papa se dirige a su «representante en la Nación Rusa», el nuncio Giovanni d'Aniello, y le dice que «la dolorosa y prolongada duración de esta guerra nos interpela urgentemente a reflexionar juntos sobre cómo aliviar el sufrimiento de los afectados y reconstruir la paz».

A continuación recuerda un diálogo entre dos personajes de 'Los hermanos Karamazov' de Fiódor Dostoyevski que sugiere que «el sufrimiento infligido a los inocentes es una poderosa denuncia de todas las formas de violencia». «Me hago intérprete de las decenas de miles de madres, padres e hijos que lloran a sus seres queridos caídos en la guerra o están angustiados por los desaparecidos, hechos prisioneros o heridos, militares o civiles. Su grito se eleva a Dios, invocando paz en lugar de guerra, diálogo en lugar del estruendo de las armas, solidaridad en lugar de intereses de una parte, porque nunca se puede matar en nombre de Dios«. »Me uno a este grito con el corazón dolorido por las vidas truncadas, la destrucción y el sufrimiento, y también por la grave herida infligida a la familia humana por esta guerra«, añade.

Le mención a Dios no es de circunstancias. Francisco toma de nuevo la distancia de los repetidos gestos del Patriarcado de Moscú para justificar religiosamente la agresión, incluyendo la bendición de las armas. Cuando en mayo de 2022 aconsejó al Patriarca Kirill que no se transformara en el «monaguillo de Putin», éste reaccionó rompiendo relaciones con Roma.

Quizá evocando la liberación de prisioneros y el regreso de algunos niños a Ucrania, en la carta el Papa apunta que «confío en que los esfuerzos humanitarios dirigidos a los más vulnerables puedan abrir el camino para nuevos esfuerzos diplomáticos, necesarios para detener la progresión del conflicto y alcanzar la tan esperada paz».

Francisco se despide del nuncio recogiendo en cirílico las palabras «Adquiere el espíritu de paz y miles a tu alrededor se salvarán», predicadas por uno de los santos rusos más populares, Serafín de Sarov. «Deseo dirigir una invitación fraterna a toda persona de buena voluntad para que se una en la oración a Dios, implorando el don de la paz, y en el compromiso de contribuir a este noble objetivo, por el bien de toda la humanidad», concluye.

Desde que los tanques rusos entraron en Ucrania, Francisco ha escrito al menos una carta personal al presidente ruso Vladimir Putin, aunque no ha recibido respuesta. En el Vaticano esperan con atención un acuse de recibo a esta.

El texto de la carta no ha sido distribuido por los habituales canales de comunicación de la Santa Sede, sino que se ha publicado integralmente en la portada de 'L'Osservatore Romano', el órgano oficial del Vaticano.