Exteriores y Moncloa señalan a Urtasun por la ausencia del Estado en el acto de Notre Dame

La ausencia de representación del Estado español en la reapertura, el sábado, de la catedral de Notre Dame, en París, cinco años y medio después del incendio que la devastó, ha desatado fuertes críticas del PP, que lo califica de «vergüenza», pero sobre todo ha aflorado tensiones internas en el seno del Gobierno de coalición. Fuentes consultadas por este diario tanto en el Ministerio de Exteriores como en La Moncloa descargan la responsabilidad de la incomparecencia española sobre el Ministerio de Cultura (de la cuota de Sumar). En todo caso, en el Gabinete de la Presidencia le restan importancia al evento y ligan su fastuosidad al momento de debilidad política que vive el presidente francés, Emmanuel Macron.

El Elíseo cursó invitaciones «indelegables» al ministro de Cultura, Ernest Urtasun, y a los Reyes Felipe VI y Letizia. En el caso del primero, fuentes de su entorno aseguran a este diario que no pudo acudir por «agenda», ya que tenía una cuestión «familiar» ineludible. De hecho, se quedó en Madrid. Por eso asistió a las 18.30 horas a una función del Circo Mundial.

Pero en el caso de los monarcas, no hay una explicación definitiva por parte de las fuentes gubernamentales consultadas sobre por qué no estuvieron en un acto de tanta resonancia internacional y tan cargado de simbolismo europeo. La Casa Real, por norma, no hace consideraciones sobre por qué los Reyes no van a todos los actos a los que se los invita. Pero lo cierto es que la reinauguración de Notre Dame nunca estuvo en la agenda de previsiones de Zarzuela.

Fuentes del Ministerio de Exteriores aseguran a este diario que las invitaciones se limitaron a la jefatura del Estado y al ministro de Cultura, y eran «intransferibles», de ahí que no se sustituyese a Urtasun, al que le tocaba ser «ministro de jornada» en acompañamiento de los Reyes. «Si no iban ellos, no podía ir nadie en su lugar», inciden en el departamento de José Manuel Albares.

Desde el Gobierno tampoco se hicieron gestiones para intentar que fuera a París otro miembro del Consejo de Ministros. Ni sobre la situación en la que quedaba la invitación de los Reyes una vez que Urtasun había declinado su asistencia. «Exteriores no ha recibido ninguna consulta sobre estas invitaciones», añaden las fuentes, para despejar cualquier tipo de duda sobre el papel del Ejecutivo en la ausencia de Don Felipe y Doña Letizia en el acto.

Esto significaría que la Casa Real no informó a Albares sobre la posibilidad de acudir a Notre Dame. Pero, sobre todo, significa que el Ministerio de Cultura tampoco pilotó esos contactos. De esta manera, el ala socialista del Ejecutivo descarga en Urtasun, ministro de Sumar, la gestión que ha desembocado en que España no estuviera representada en uno de los actos internacionales con mayor alcance del año.

En el Ministerio de la Presidencia aseguran que el ministro Félix Bolaños tampoco fue quien protagonizó los contactos con el Palacio de la Zarzuela a cuenta de la invitación cursada por la Presidencia francesa. Nadie en el Ejecutivo confirma haber hablado con Zarzuela de este acto. Tampoco el Gabinete de la Presidencia. Ni siquiera el Ministerio de Cultura.

En el equipo de Urtasun rechazan ser los culpables de que no hubiera representación del Estado y se limitan a señalar que justificaron debidamente los motivos que imposibilitaron la presencia de ministro. Del resto -o sea, de lo que se habló con la Casa Real- «no saben» nada.

La pregunta clave sigue sin responder de manera categórica. ¿Por qué no hubo representación española en Notre Dame? Todas las comprobaciones hechas por este diario llevan a un escenario inconcluso en el que lo único claro es que el ala socialista del Gobierno culpa a Urtasun.

El PP no tiene dudas y señala al Ejecutivo. Para Alberto Núñez Feijóo, «la ausencia de España en la reapertura de la catedral de Notre Dame es una vergüenza para nuestro país». «Una vez más, el Gobierno no está a la altura de la sociedad a la que debe servir», tuiteó el presidente del PP. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, le añadió el matiz religioso: «El Gobierno prefiere aislar a nuestro país a reconocer la verdad: las raíces cristianas de Europa».

Fuentes del Ministerio de Cultura rechazan de todo punto la explicación religiosa y reiteran que el ministro declinó la invitación por cuestiones de agenda familiar.

El portavoz del PP, Borja Sémper, aseguró a este diario que «Notre Dame representa algo que está incluso por encima de su representación religiosa». Y, por tanto, «que el Gobierno de España no haya estado presente con nadie, absolutamente nadie, es verdaderamente vergonzoso y lamentable». Para Sémper, la ausencia de España «dice muy poco de España, pero dice mucho más de este Gobierno: es nuestro país vecino y es un monumento que representa todos los valores de Occidente, y esos elementos hacen injustificable la ausencia». «Es un ejercicio más de vergüenza al que nos somete el Gobierno de España en política internacional», remató.