Vergüenza en el barrio de la familia de Luigi Mangione, presunto asesino del CEO de Nueva York : "Llevaba meses desaparecido"
"No, no hablaremos... vamos a hacer un comunicado", nos dice un tío de Luigi Mangione mientras cruza el camino de entrada de su enorme casa en Cockeysville, un barrio residencial de Baltimore. Frente a la casa de Samuel Mangione, bajo una espesa niebla, hay aparcados una docena de coches: se está celebrando una reunión familiar.
Una familia que era conocida en Baltimore por su imperio inmobiliario (incluidos dos clubes de campo, una residencia de ancianos, una emisora de radio) y por las generosas donaciones filantrópicas de la Fundación Mangione: a la Ópera, a museos, a la archidiócesis católica, a hospitales y clínicas (la unidad de obstetricia del Greater Baltimore Medical Center lleva su nombre). Y que ahora será conocida para siempre como la familia del asesino de Brian Thompson, el director general de la compañía de seguros médicos UnitedHealthcare.
Luigi Mangione, de 26 años, fue acusado el lunes por la noche del asesinato de Brian Thompson: está en la cárcel a la espera de ser extraditado a Nueva York. Con un mono naranja, mientras los guardias le llevaban ante el juez, gritó: "un insulto a la inteligencia del pueblo estadounidense".
En Internet muchos le llamaron héroe y recaudaron 8.000 dólares para sus gastos legales. Amazon ha bloqueado la venta de camisetas conmemorativas. La familia ya ha publicado un breve comunicado en el que se declara "conmocionada y devastada" por la detención de Luigi y expresa sus "oraciones" por la víctima. Al frente del mensaje estaba el primo de Luigi, Nino, el político de la familia (delegado republicano en la asamblea legislativa de Maryland).
Luigi fue reconocido el lunes por los empleados de un McDonald's de Altoona (Pensilvania): había llegado allí en un autobús Greyhound tras una escapada de cinco días con paradas en Filadelfia y Pittsburgh.
El empleado llamó a la policía, Luigi les mostró un carné falso a nombre de Mark Rosario, pero cuando le preguntaron si había estado en Nueva York recientemente, empezó a temblar. Llevaba la pistola 3D y el silenciador en el bolsillo, 8.000 dólares en efectivo y 2.000 en divisas, y el "manifiesto" contra el sistema sanitario, "el más caro del mundo a pesar de que Estados Unidos ocupa el puesto 42 en esperanza de vida". También hablaba de "un familiar" suyo que no iba a recibir el tratamiento adecuado. Se supone que se refiere a sí mismo: en 2023 fue operado de la columna vertebral por una dolorosa patología que padece desde la infancia, una espondilolistesis.
Seis meses antes del asesinato, se alejó de su familia y amigos: desapareció. Estuvo en Hawai, posiblemente en San Francisco o en Japón. El 18 de noviembre, su madre Kathleen denunció su desaparición a la policía.
La familia Mangione debe su riqueza al éxito del patriarca Nicholas, abuelo de Luigi, que vivió con su familia en una habitación individual en Little Italy hasta los ocho años, y empezó a trabajar a los 11. "Nick Mangione es un hombre de familia: para entenderle, la clave es fijarse en su esposa Mary, a la que está entregado, y en los cinco hijos y cinco hijas a los que poco a poco va transmitiendo su negocio", dijo el padre de Nancy Pelosi, Thomas D'Alesandro, ex alcalde de Baltimore, que era amigo suyo. "Puede que sea un poco bruto, que tenga una personalidad agresiva, pero tiene un gran corazón, y alcanzó el éxito por las malas".
Nick murió en 2008 de un derrame cerebral; Mary, en 2023. Es una familia unida: la mansión de Samuel, de 1,5 millones de dólares, se alza junto a la idéntica de su hermano Peter; detrás está el club de campo Hayfields, donde vivieron sus padres.
Luigi creció no muy lejos de allí, con su padre Louis, su madre Kathleen, que organizaba viajes por Italia, y dos hermanas, Lucia (artista) y MariaSanta (médico). Su camino parecía encarrilado: prácticas en la residencia de ancianos familiar; graduación (primero de su clase, pero también bueno en atletismo) en la prestigiosa Gilman School, donde dijo haber aprendido el "valor de explorar lo desconocido y las cosas nuevas"; licenciatura en informática e inteligencia artificial por la Universidad de Pensilvania.
Pero junto al dolor físico, había surgido el psicológico. Solía publicar fotos de sus viajes en las redes sociales. De repente, había empezado a temer la adicción a los smartphones. En una reseña online sobre el manifiesto de Unabomber, condenaba la violencia pero le fascinaba, decía estar "preocupado por el creciente consumismo, nos aleja de nosotros mismos". En otra escribió que su madre le obligaba a comer con la mano derecha pese a ser zurdo por buenos modales.