Era el individuo el que llevaba a la menor junto a los sujetos que contrataban sus 'servicios', en viviendas de Sabadell o Barcelona. También en habitaciones que é mismo alquilaba. Luego obligaba a la niña a «darle el dinero recaudado», reza el escrito de acusación. En algunas ocasiones, el acusado también estaba presente en las agresiones.
Además de violar a ambas menores, también almacenaba contenido de abusos a otros niños en sus dispositivos electrónicos. No solo en sus dos teléfono, sino también en el ordenador portátil que guardaba en su puesto de trabajo, en la escuela de pilotos Coptering de Sabadell. Sólo en un disco duro, guardaba más de 3.000 imágenes y otros 1.000 vídeos. Los Mossos d'Esquadra lo detuvieron en enero de 2019, tras lo que ingresó en prisión provisional. Tres meses más tarde, quedó en libertad.
Desde este lunes se sienta en el banquillo de la Audiencia de Barcelona. Está acusado de dos delitos continuados de abuso sexual con penetración cometido sobre menor de dieciséis años, otros dos de captación o utilización de menor de edad para la elaboración de material pornográfico, uno más de inducción a la prostitución de menor de edad y de posesión de pornografía infantil. Además de 55 años de prisión, el fiscal pide que indemnice a las víctimas con 65.000 y 30.000 euros, por los daños morales.