El Gobierno de Sánchez extendió de dos a tres años la duración inicial de las ‘golden visa’ en 2022
Los visados de oro o golden visa, como se conocen a los permisos de residencia concedidos por el Gobierno a inversores extranjeros que compren una vivienda valorada en más de medio millón de euros, sin tener en cuenta las cargas y las hipotecas, tienen los días contados. El Gobierno prepara su supresión tras una década vigente. Desde 2013, se han concedido al menos 10.400 autorizaciones de residencia a través de esta vía, según los últimos datos oficiales disponibles. El Gobierno de Sánchez amplió en 2022 un año más la duración inicial, de dos a tres años, de las golden visa. Lo hizo el 21 de diciembre de 2022 en la Ley de fomento del ecosistema de las empresas emergentes, cuando Rusia ya había invadido Ucrania. Previamente, el Gobierno de Rajoy en 2015 ya elevó de dos a cinco años el periodo prorrogable del permiso de residencia una vez que se consumiera la autorización inicial. Con estos cambios legislativos de los últimos años en la norma que regula los visados de oro, las autorizaciones actualmente vigentes se extinguirán como máximo en ocho años.
El jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, anunció este lunes su intención de acabar con este mecanismo: “Vamos a tomar las medidas necesarias para garantizar que la vivienda sea un derecho y no un mero negocio especulativo”. El Gobierno se apresura a poner fin a este régimen dos años después de que ampliara el plazo para que los extranjeros que compraran vivienda pudieran residir en España. En 2022 introdujo una modificación en la norma para añadir un año más a la vigencia inicial del permiso de residencia, a través de una disposición en otra ley, la 28/2022, de 21 de diciembre, que tenía por objetivo el fomento de las empresas emergentes. Extendía así de dos a tres años la autorización inicial para que los extranjeros que compran casa por más de 500.000 euros puedan vivir en España. En ese mismo año, a raíz de la invasión rusa de Ucrania, la Comisión Europea recomendó a los países miembros que se replantearan la práctica de conceder la residencia europea (incluso en algunos Estados la ciudadanía) a cambio de inversiones.
Un informe de Transparencia Internacional publicado el año pasado revela que los principales beneficiados por este sistema en España son los inversores chinos. Un total de 2.712 ciudadanos de ese país obtuvieron la golden visa en España desde 2013, seguidos por los rusos (1.159) y los iraníes (203). El Ejecutivo también ha autorizado la residencia por este sistema a 179 estadounidenses, 177 británicos, 143 egipcios, 143 ucranios y 122 filipinos. También han conseguido el visado de oro 114 mexicanos, 98 venezolanos y 89 ciudadanos de Arabia Saudí, según refleja el informe elaborado por la ONG.

Las golden visa a extranjeros o permisos de residencia por inversión están reguladas por los artículos del 61 al 67 de la Ley 14/2013 de emprendedores y su internacionalización, que fijan los criterios legales para la entrada y permanencia en España por razones de interés económico. Como requisitos generales, esta norma exige a los extranjeros que se quieran beneficiar de este régimen que no tengan antecedentes penales en España y no figurar como rechazables por los socios europeos.
Más allá de la compra de una casa valorada en más de medio millón de euros, la norma establece que los extranjeros pueden obtener una golden visa si invierten más de dos millones de euros en comprar deuda pública, gastar un millón de euros en acciones o participaciones en empresas españolas; invertir más de un millón de euros en depósitos bancarios en entidades financieras españolas o desarrollar un proyecto empresarial considerado de interés general por el Ejecutivo.
Sánchez anunció el lunes su intención de acabar con los visados de oro por compra de vivienda, pero no hizo referencia al resto de inversiones financieras. La Comisión Europea advirtió en 2022 de que este sistema podría permitir la entrada en territorio comunitario de oligarcas rusos o de ciudadanos de otros países que no eran aliados para Europa. Desde entonces, Irlanda y Portugal han acabado con las golden visa y Grecia las ha endurecido.
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