Se intensifican las protestas en Georgia contra una ley que se considera de influencia rusa
Josep Borrell ha llamado a cesar la represión contra manifestantes pacíficos
Aprobado por el Parlamento el martes, el texto es denunciado por sus detractores como destinado a alejar a Georgia de Europa y acercarla a Rusia. Provocó manifestaciones masivas que duraron más de un mes en Georgia, en las que participaron miles de personas, jóvenes en su mayoría.
La OTAN y la ONU condenaron la norma, y la UE advirtió que esta ley es «incompatible» con las aspiraciones de Georgia de integrar el bloque de los 27. El veto de la presidenta georgiana «ofrece un momento para seguir reflexionando. En su forma actual, la ley no se ajusta a los valores ni a la trayectoria de la UE», escribió en X el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
La ley exige que toda ONG o medio de comunicación que reciba más del 20% de su financiación desde el extranjero se registre como «organización que sirve a los intereses de una potencia extranjera» y se someta a control administrativo. Sus detractores lo llamaron «ley rusa» por su parecido con una normativa utilizada en Rusia para reprimir a la oposición.
Zurabishvili propuso enmiendas al proyecto de ley, pero advirtió contra cualquier negociación «artificial». Por su parte, el primer ministro Irakli Kobakhidzé se declaró dispuesto a tratar eventuales modificaciones. Georgia, una exrepública soviética, es oficialmente candidata a la adhesión a la Unión Europea desde diciembre de 2023 y también aspira a unirse a la OTAN.
El líder en el Parlamento del partido del Gobierno georgiano, Mamuka Mdinaradze, ha acusado a la presidenta del país de inventarse el veto y ha asegurado que la decisión adoptada ayer por Zurabishvili carece de base legal alguna y que la presidenta no tiene autoridad para prohibir una legislación. En su lugar, tiene que devolverla al Parlamento con las enmiendas que considere oportunas. La mandataria, sin embargo, anunció ayer que el suyo era un veto directo, sin añadidos.