Los acusados de expolio de la leona ibera de Montoro recurren el auto de procesamiento
El juez instructor concluía la investigación con cuatro acusados en un auto que ahora debe confirmar o no el tribunal de segunda instancia
La investigación de este caso partió del equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Peñarroya-Pueblonuevo quien detectó en junio de 2020 un perfil de ventas en un portal dedicado al coleccionismo identificado bajo un seudónimo, donde se habría realizado inventa de 348 lotes de monedas (con más de 800 piezas).
Estas piezas proceden, según la calificación del fiscal, a la que ha tenido acceso ABC, del hallazgo de restos arqueológicos por personas que no han podido ser determinadas, desde al menos el año 2017, las cuales han utilizado maquinas detectoras de metales para acotar terrenos de yacimientos con interés arqueológico y con esas máquinas han extraído mediante excavación incontrolada del yacimiento, de manera que se han producido daños y una pérdida de información histórica irreversible ya que no se utiliza ningún método arqueológico, por la propia naturaleza de este acto furtivo, a fin de conservar este bien público.
El acusado, según el relato de los hechos del escrito de calificación fiscal, habría procedido a la compra de relevantes restos arqueológicos, monedas y otros, aportando como domicilio de entrega para compras y para ventas el nombre y dirección postal de un colegio público, donde trabaja como profesor, «como forma de ocultar lo ilícitamente traficado».
A pesar de ser consciente del valor histórico asociado a las piezas traficadas el acusado, acusa la Fiscalía en su escrito, «nunca ha solicitado autorización o comunicación de hallazgos casuales a la Delegación Territorial de Fomento, Infraestructura, Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía en Córdoba, por lo que no está autorizado a la tenencia de piezas arqueológicas«.
Al menos desde el año 2015 se ha detectado la puesta en venta de unos 2.000 lotes de piezas arqueológicas, compuesto de más de 6.000 objetos de esta naturaleza desde fines de la Prehistoria hasta la época islámica. El acusado, asegura el fiscal en su escrito de acusación, «adquiría estas piezas y, a su vez, las vendía para obtener un lucro económico».
El día 23 de septiembre de 2020, sobre las 11.30 horas, se realizó un registro consentido en el domicilio del acusado donde se ocuparon 2.338 piezas procedentes (de expolios arqueológicos terrestres, sin catalogar y sin certificado de autenticidad y que el acusado por ende, había adquirido con conocimiento de su origen ilícito). Junto a estas piezas se encontró un detector de metales.
Los agentes catalogaron hasta 51 lotes de estos elementos arqueológicos, muchos de ellos de alto valor patrimonial e histórico. El primero de esos lotes- 585 piezas -, el más abundante; está compuesto íntegramente por monedas, la mayor parte de ellas ilegible.
El segundo estaba compuesto por 25 piezas básicamente de útiles líticos pulimentados del Neolítico y Calcolítico (entre el VI y III milenios a.n.e.) y útiles líticos tallados en el Paleolítico (antes del 10.000 a.n.e.) Destacan tres ídolos oculados calcolíticos ( III mil. a.n.e.), que son las piezas más importantes del lote. (No obstante, esta valoración hay que asumirla con prudencia hasta tanto no se haga un estudio en profundidad de dichas piezas para descartar cualquier sombra de duda sobre su autenticidad), reza en la calificación fiscal.
En otros lotes, se encuentran desde piezas o tallados líticos del calcolíticos a otras en otro lote con más de 60 piezas compuesto casi en su totalidad piezas metálicas (bronce), bastantes de ellas de naturaleza indescifrable. Destacan algunas puntas de tipo Palmela (Calcolítico) y fíbulas y fragmentos de fibulas célticas, que tienen un considerable valor. Junto a ellas, una serie de objetos, algunos inclasificables, definen al lote como un conjunto de piezas extraídas de yacimientos con el uso de detectores de metales. «La pieza 60 es muy importante», recoge el mismo escrito de la acusación pública.
Aunque estas piezas son de fechas que van del Paleolítico a la época islámica, hay dos restos arqueológicos especiales dentro de uno de estos lotes en los que se encuentran «un alfiler y un dedal de talabartero, ambos de bronce y ambos con cronología califal (siglo X) o ligeramente posterior; las dos tienen una considerable importancia«.
En otro conjunto de piezas, exclusivamente compuesto por objetos metálicos se encuentran otros como un cinturón visigótico y una plaquita de plomo con escritura árabe (siglos XII-XV) que debe ser un amuleto.
Otras piezas no tienen valor alguno, recoge el Ministerio Público, quien sin embargo, destaca otras como un ídolo oculado calcolítico tallado en una placa de pizarra, una cucharilla romana de hueso para cosméticos, un hueso decorado posiblemente calcolítico, la pequeña colección de puntas metálicas pre y protohistóricas, los glandes de plomo y la colección de útiles líticos/microlitos tallados que, como los similares en otros lotes, tienen un indudable valor patrimonial.
En otros lotes, entre los cientos de monedas de distintas épocas y distinto valor, destacan sobre todas, las monedas de plata griegas helenísticas, o el conjunto de dedales de costura, pero con algún ejemplar medieval (siglos X-XI) de talabartero.
Es un valiosísimo conjunto de pendientes de oro romanos, de distinta tipología y cronología, y cobra especial interés el conjunto de 44 cuentas de collar de cuarzo rosa, que debieron pertenecer a un mismo collar y cuyo valor puede ser altísimo si se trata de piezas andalusíes de los siglos X al XII, como parece lo más probable. Del mismo modo, el fiscal destaca la aprehensión en este registro de varis exvotos ibéricos y de un escarabajo egipcio que, en el contexto de la incautación, es una pieza absolutamente excepcional.
La Fiscalía acusa a este coleccionista de un delito continuado de receptación de bienes arqueológicos para traficar con ellos por lo que solicita para el encartado 2 años y seis meses de cárcel así como el comiso de las piezas intervenidas y del detector de metales. En concepto de responsabilidad civil las piezas se adjudicarán definitivamente a la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.