Stellantis y la china CATL invertirán 4.100 millones en la mayor planta de baterías de España

Stellantis y su aliada, la china CATL, han dado el visto bueno a la construcción de una fábrica de baterías en Figueruelas. Será la mayor instalación de este tipo en nuestro país, con una inversión prevista de 4.100 millones de euros y una capacidad instalada que podría llegar a los 50 gWh, cifras que están muy por encima de las que se habían venido barajando desde hace un año.

La intención es que la planta esté en funcionamiento a finales de 2026 y producirá pilas con la tecnología LFP (por litio y ferrofosfato), una tecnología con menor densidad energética, pero más duradera y asequible, lo que permitirá ofrecer "coches eléctricos, turismos, SUV y crossovers con una autonomía intermedia y más baratos". En cuanto a la capacidad máxima, que podría llegar a los mencionados 50 gWh, ambas compañías han dejado claro que dependerá "de la evolución del mercado eléctrico en Europa y del apoyo continuo de las autoridades de España y la Unión Europea". Léase ayudas a la compra

La decisión ha sido anunciada esta mañana de forma conjunta y se produce después de la reunión mantenida ayer por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con el consejero delegado de la CATL, Robin Zen Yuqun. Un encuentro que se produjo dos semanas después del que llevó a cabo con Carlos Tavares, días antes de que este presentara su dimisión como CEO de Stellantis a comienzos de este mes. Las dudas que surgieron tras ese movimiento las borró de un plumazo el presidente de Stellantis, John Elkann, en una conversación telefónica con Sánchez. «España sigue siendo un país clave en la estrategia industrial y de electrificación de la compañía», le dijo de presidente a presidente.

Encuentro a finales de noviembre de Sánchez y Hereu, ministro de Industria, con Carlos Tavares, cuando todavía era CEO de Stellantis
Encuentro a finales de noviembre de Sánchez y Hereu, ministro de Industria, con Carlos Tavares, cuando todavía era CEO de Stellantis

El escollo de los aranceles

CATL es el primer productor de baterías del mundo y, tras la imposición de aranceles a los coches eléctricos chinos por parte de Bruselas, Pekín cursó una orden a sus empresas para que paralizasen sus proyectos industriales europeos. Esto había dejado en stand by la decisión sobre el proyecto, como el propio Carlos Tavares reconocía en una entrevista con EL MUNDO apenas una semana antes de presentar su renuncia. Porque todo lo demás que pedían, a sus propias fábricas y al Gobierno, lo tenían ya en el zurrón.

Hub de electromovilidad

El OK a este proyecto acerca todavía un poco más el camino de España para convertirse en un hub de electromovilidad. Con el gran potencial de nuestro país en energías renovables guardado como un as guardado bajo la manga, ya está confirmada la producción de vehículos eléctricos en Martorell (Cupra y VW) y Pamplona (VW y Skoda) desde 2025; en Vitoria (furgonetas de Mercedes) y está por ver si Stellantis, renueva los modelos a pilas que ya hace en Vigo y Zaragoza con los coches eléctricos pequeños paridos sobre la nueva plataforma STLA Small. Es el segundo gran proyecto que Tavares quería darle a España y podría ser todavía más ambicioso, ya que la compañía estudia montar sobre esa base coches de mayor tamaño (tipo Peugeot 308 y Opel Astra) para abaratar su construcción y, por tanto, el precio de venta.

Ford Valencia también tenía un proyecto asegurado, pero renunció a ellos para cambiarlos por un híbrido enchufable desde 2027 que acompañe al solitario Kuga. Y, aunque con retraso respecto a los planes iniciales, el grupo chino Chery empezará a montar el Omoda 5 eléctrico a finales del año que viene. Incluso Renault, que hoy tiene en España lo que denominan su polo mundial de híbridos, se está moviendo y pidiendo ayudas para, en en el futuro, poder hacer también aquí parte de los eléctricos que no puedan acoger Francia y Eslovenia.

Otras plantas de baterías en España

Además, a esta huella industrial hay que sumar la de las plantas de baterías ya en marcha. En concreto, la que VW y Seat están levantado en Sagunto; la de la china Envisión y Acciona en Extremadura y la de Inobat en las cercanías de Valladolid.

Así pintado, es un panorama que invita al optimismo, aunque también con partes oscuras: por ejemplo, la controversia en Ford, que ha tenido que aplicar un nuevo ERE -y van...- al haberse quedado exclusivamente con la producción del Kuga. Y también han surgido informaciones en Francia que aseguraban que la planta de Stellantis en Madrid se quedará sin los Citroen C4 y C4X, también en su versión a pilas, que produce ahora en exclusiva para todo el mundo. Sus sucesores se irían a la factoría de Stellantis en Kenitra (Marruecos), aunque antes de despedirse, Tavares aseguró tajante que «esas informaciones eran 100% falsas».

España, líder dentro de Stellantis

Ya no estará por si tiene que rectificar, sobre todo porque tanto en Francia como en Italia miran con envidia lo que han conseguido las factorías españolas de Stellantis: en 2023 pasaron por poco el millón de unidades, el equivalente al 41% de la producción total en España y un dato que también le convierte en el país del mundo donde la compañía italo-francesa-estadounidense fabrica más coches. Por poner una referencia, en total Italia -la casa de Fiat, Lancia o Alfa Romeo- se hicieron ese mismo año apenas 880.000 automóviles.

En todo caso, es de justicia reconocer el papel que el Gobierno y el ministerio de Industria han jugado en esta larga partida. Tras un primer PERTE VEC lastrado por la burocracia y unas exigencias exageradas, las segunda y tercera entrega -ésta dotada con 500 millones entre ayudas a la cadena de valor y baterias- se usaron para afinar la punteria. Y de ahí salieron los cerca de 360 millones de euros que Stellantis reclamaba para seguir adelante. Millón arriba, millón abajo, no está muy lejos de lo que logró -tras una amenaza pública- el Grupo Volkswagen para las instalaciones de Sagunto.