Una de las imágenes más esperada, en clave española, era la del saludo a Pedro Sánchez. Trump, un hombre poco dado a esconder sus opiniones —bien de forma explícita, bien con su lenguaje no corporal—, ha mostrado claramente con quiénes se lleva mejor y con quiénes peor. El estadounidense ha abrazado con afecto a hombres como el húngaro Viktor Orban, o ha estrechado la mano con fuerza al francés Emmanuel Macron, cuyas cuitas propias también necesita un golpe mediático.
Y a la hora de saludar a Sánchez no ha sido maleducado, ni mucho menos, pero tampoco le ha tratado como uno de sus amigos más queridos. El momento del saludo ha sido entre sonrisas por ambos lados, pese a las críticas furibundas que ha lanzado Trump en los últimos días hacia España por el gasto en defensa.
El momento ha durado apenas 15 segundos. Trump, erguido, ha recibido a Sánchez con la mano tendida, se la ha estrechado e incluso ha tirado de él mientras intercambiaban unas pocas palabras. El dirigente americano le despidió con dos palmadas en la mano del español, que devolvió el gesto con un toque en la espalda antes de retirarse. Trump solventó el gesto con un cambio de sonrisa y continuó con los saludos a las demás autoridades.
Es el mínimo deshielo que se ha producido entre ambos después del enfrentamiento público y notorio que han protagonizado en los últimos meses. El posicionamiento frontal y decidido del gobierno español contra Israel ha enturbiado aún más las relaciones con la administración Trump. En tres días, el inquilino de la Casa Blanca ha criticado con dureza las decisiones de Sánchez —sin nombrarle a él expresamente— por lo que considera un esfuerzo insuficiente en la defensa común. Primero, Trump señaló que incluso sería conveniente expulsar a España de la OTAN si no aumenta su gasto militar y después, aprovechando el día de la Fiesta Nacional y la Hispanidad, insistió en la idea incluso asomando un conato de ultimatum: «Para que nuestra asociación perdure y pueda afrontar los desafíos del futuro, España debe cumplir con el compromiso de gasto en defensa», pidió Trump.
Sin encuentro 'VIP' con Trump y esquinado en la foto de familia
La presencia de Sánchez en Egipto es poco más que testimonial. España no ha formado parte del equipo negociador, y de hecho fue invitado en una segunda tanda junto a países como Japón, Azerbaiyán, Armenia, Hungría, India, El Salvador, Chipre, Grecia, Baréin y Kuwait. También fue invitado Gianni Infantino, presidente de la FIFA, presente en la cumbre aunque no ostente ningún cargo diplomático en nombre de ningún país.
Pero quizá lo más relevante es que Trump, gran ejecutor de esta cumbre, no haya contado con Sánchez para mucho más que para el saludo. De hecho, en la foto de familia, el dirigente español posó esquinado, tercero por la izquierda, frente a otros de sus homólogos, mucho más cerca del estadounidense y, por tanto, en el foco. Habida cuenta del abanderamiento que ha llevado Sánchez de la cuasa palestina, hay numerosas lecturas que se pueden hacer sobre su situación real en el escenario geopolítico.

Además, tampoco participó en el 'mini-encuentro' que mantuvo Sánchez con otros presidentes, en el que sí estuvieron otros líderes europeos como Macron o Meloni, además del turco Erdogan, el jeque qatarí al-Thani o el presidente egipcio El-Sisi.