Donald Trump obtiene 25 millones de dólares en donaciones de los fans de las 'cripto'

El bitcoin y las demás cripto han entrado en campaña en EEUU. Y por la puerta grande: abrazando al candidato favorito para ganar las elecciones, Donald Trump. El cripto-trumpismoes una fuerza económica enorme en Estados Unidos. Primero, de palabra. Ahora, de obra, lo que significa abrir la cartera (en este caso, el monedero electrónico) y dar dinero a la campaña del candidato o a la constelación de grupos que le apoyan y que teóricamente son independientes de su campaña.

Y eso es importante en Estados Unidos, un país en el que 44 millones de personas -aproximadamente el 13% de la población- ha invertido en esos activos financieros (como los llaman los reguladores) o en las monedas del futuro que prefiguran un mundo en el que los bancos centrales habrán desaparecido y el sistema monetario se guiará por los mismos patrones que tenía en los siglos XVII y XVIII, cuando el doblón de a ocho español era la moneda de reserva mundial (según sus fans).

Trump, que acepta donaciones a su campaña en bitcoin, ya se había embolsado 4 millones de dólares (3,7 millones de euros) en aportaciones en esa criptodivisa. El candidato independiente antivacunas Robert F. Kennedy -sobrino-nieto del asesinado presidente John F. Kennedy y con una intención de voto de alrededor del 5%- fue el primero en aceptar cripto de sus seguidores. Ni Joe Biden, primero, ni Kamala Harris, ahora, han seguido los pasos de sus rivales.

Ahora, el ex presidente y candidato republicano se ha convertido en el criptocandidato después de participar como orador principal en la Conferencia Bitcoin el sábado. Ha sido una operación muy hábil, que le permitió obtener donaciones en criptodivisas por valor de 25 millones de dólares (23 millones de euros), según David Bailey, consejero delegado de la publicación Bitcoin Magazine, que organizó el evento.

Como suele ser habitual en los actos destinados a 'levantar' fondos para las campañas electorales, las donaciones no solo fueron cheques sin más para los asistentes. También hubo quien pagó 60.000 dólares (55.500 euros) por hacerse una foto con el expresidente, o 844.000 dólares (781.000 euros) por participar en una mesa redonda sobre criptodivisas en la que también estaba él. Es una práctica que en Estados Unidos se llama "pay to play", un juego de palabras que significa "pagar para jugar", un eufemismo para evitar decir "comprar el acceso a un político".

En su comparecencia, Trump demostró su interés en contentar a los fans de las cripto. En primer lugar, prometió agregar el bitcoin a las reservas de la Reserva Federal, a retener las aproximadamente 210.000 unidades de esa criptomoneda que han sido confiscados por el Estado federal de EEUU en operaciones contra grupos de delincuentes que la empleaban. A un precio de 66.000 euros por bitcoin, eso equivale a, aproximadamente, 15.000 millones de dólares, o casi 14.000 millones de euros.

Una cantidad infinitesimal

Esa "reserva de bitcoin" de que habló Trump no tendría mucho sentido económico, puesto que en primer lugar es una cantidad infinitesimal para la Fed y, además, todas las criptodivisas pegan unos bandazos de precio espectaculares que hacen imposible en la práctica su uso como almacén de valor. Finalmente, 210.000 bitcoins son aproximadamente el 1% del máximo de 21 millones de unidades de esa criptodivisa que serán creados, lo que contribuye a crear un suelo a la cotización del activo. Finalmente, está la cuestión del reconocimiento político conferido por la tenencia de esas divisas por el Estado.

La aparición del candidato republicano en la Conferencia Bitcoin no solo fue un acto de oportunismo político sino, también, un reflejo de que las criptodivisas son una fuerza política de peso en la primera potencia mundial. Hace casi cinco meses, el lobby cripto logró, gracias a sus masivas aportaciones económicas, que las primarias demócratas por un escaño al senado de California las ganara Adam Schiff, en detrimento de Katie Porter, que defendía una regulación estricta de esos productos financieros. Esas demostraciones de poder no se han escapado a Trump, quien declaró en la Conferencia que, si llega a la Casa Blanca, cesará a Gary Gensler, el máximo responsable de la SEC, el regulador del mercado de EEUU, que ha adoptado una posición muy estricta en la regulación de las cripto.

Gran parte de los inversores de Silicon Valley que apoyan a Trump y que han aupado al senador J.D. Vance a la candidatura republicana de vicepresidente son grandes inversores en cripto. Entre ellos están Peter Thiel (Meta, SpaceX, Palantir, Rumble), Cameron y Tyler Winklevoss (Meta), Marc Andreessen y Ben Horowitz (Netscape, Andreessen Horowitz).