La mina de Doade sale a información pública con un proyecto renovado
Así lo recoge la información publicada este viernes en el DOG, a pesar de que la compañía promotora, Recursos Mineros de Galicia, ya la hizo pública el pasado mes de mayo para afianzar su «compromiso con la transparencia» ante las críticas de los ecologistas en este sentido. En enero presentó su solicitud de concesión de explotación y ahora, con la documentación presentada -memoria de solicitud, proyecto de explotación, planta de concentración, plan de restauración, Estudio de Impacto Ambiental y resumen no técnico-, se presentarán las alegaciones cuyas respuestas de mejora se reflejarán en la eventual Declaración de Impacto Ambiental que elaborarán los técnicos de la Xunta.
Además del gesto previo de transparencia, desde Recursos Minerales de Galicia manifestaron su intención de crear una mesa de diálogo con los actores locales interesados (comunidades de montes, asociaciones vecinales, corporaciones locales, etc.). Una propuesta que han remitido tanto a la Xunta de Galicia como al Concello de Beariz para impulsarla, un proceso paralelo y que no exime del de información pública. Una oportunidad para acercar posturas con las asociaciones que ya se opusieron a otro proyecto de minería para esta localización en 2018 y que volvieron a manifestar su disconformidad, como SOS Suído Seixo, la Comunidad de Montes Vecinales, la Plataforma en Defensa da Ría de Arousa, Adega o Ecologistas en Acción.
Detalles del proceso
El proyecto para la mina de Doade acarrea nueve años de preparación previa, y se invirtieron 10 millones de euros exclusivamente para la preparación de la solicitud de pase a concesión de la explotación. En total, la inversión comprometida asciende a los 120 millones de euros, que se traducirán la generación de 100 empleos directos y otros 220 indirectos por la actividad generada en el entorno durante los 42 años de concesión de explotación concedidos.
Respecto al proceso en sí, la minería será de interior, mediante la extracción subterránea de los minerales de litio, clave para la descarbonización al permitir al servir como materia prima para la fabricación de baterías eléctricas, y concentrados de moscovita y feldespato que se emplearán en la fabricación de cerámica.
Para la extracción y tratamiento de los minerales se construirá una planta de procesado además de la propia mina en un terreno de 13,6 hectáreas. La técnica empleada será la denominada 'cut and fill' (corte y relleno), por la que se excavarán galerías subterráneas para extraer los minerales. De forma escalonada, los recursos obtenidos se concentrarán y mezclarán mientras quelos residuos del proceso se mezclarán con aglutinantes para depositarse de nuevo en el fondo de galería, evitando de esta forma extraerlos al exterior y rellenando progresivamente el hueco del orificio.
Otro aspecto clave, que forma parte del compromiso medioambiental para limitar la afección de la actividad minera, corresponde al uso de los recursos hídricos, razón por el que el anterior proyecto de minería fue paralizado en 2018. Tal y como señala la promotora, aquel proyecto se planteaba sobre 60 cuadrículas mineras -frente a las 17 de superficie del nuevo proyecto- y la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil solicitó una serie de estudios hidrológicos para garantizar la protección de las aguas de acuerdo a la legislación.
Recursos Mineros de Galicia optó por solicitar un estudio detallado a la Universidad de La Coruña (UDC), pero por cuestión de plazos -suponía un retraso de entre 1,5 y 2 años-, la Xunta denegó la solicitud de concesión de derechos mineros argumentando que no disponía de la información necesaria para completar el expediente en un plazo adecuado. Se concedió una prórroga de tres años y ya en enero del presente año, con un nuevo diseño y con el estudio hidrológico, el proyecto avanza en su tramitación.
Desde la promotora añadieron también un estudio de impacto económico y social y otro de impacto ambiental no presentes en 2018, a los que se suma el plan de gestión del agua con el asesoramiento del grupo Aquaterra de la UDC y la reducción de la superficie sobre la que se levantarán las instalaciones de la mina. Además, el agua drenada se empleará en un circuito cerrado para alimentar la planta del proceso y solo se verterá, una vez tratado, el excedente de la misma.
Oposición al proyecto
A pesar de que el proyecto cuenta con el visto bueno de Europa y del Gobierno de España, que suscribió la necesidad de explorar estas materias primas críticas para reducir la dependencia del Viejo Continente en este sentido, más aún teniendo en cuenta la apuesta por la descarbonización, desde el BNG ya han intentado frenar el proyecto tanto desde Madrid como desde Bruselas.
Por una parte, el diputado nacionalista en el Congreso de los Diputados, Néstor Rego, cuestionó si la declaración de proyecto estratégico podría «acelerar» la tramitación en aras de «una carrera armamentística» a costa de las garantías medioambientales. En este sentido, se remitió al informe de la Conferencia Hidrográfica del Miño -Sil, alegando que solo se aprobaba el proyecto por interés -y no por los cambios introducidos en el mismo.
El Gobierno negó que la declaración implicase una merma en los criterios medioambientales. Una respuesta similar a la emitida por la Comisión Europea ante la eurodiputada del Bloque Ana Miranda, que afeó el hecho de que Galicia se convirtiese, a su juicio, en «territorio de expolio para satisfacer los intereses bélicos de la Unión Europea», por el potencial uso del litio para su aplicación militar. La UE se mostró tajante: «el proyecto se ejecutará de manera sostenible, de conformidad con el reglamento de materias primas fundamentales».