

El sultán Ahmed Al Yaber entregará a los delegados de 195 países una nueva propuesta para intentar cerrar la COP28 de Dubái con un acuerdo, tras el rechazo mayoritario al borrador presentado el lunes que proponía "reducir la producción y consumo de combustibles fósiles" (evitando el uso de la palabra "eliminar" o "phase out").
A las duras críticas de la UE, que calificó el texto como "inaceptable e insuficiente", se unieron las de un amplio grupo de países encabezados por Estados Unidos, Reino Unido, Australia y Japón.
"No firmaremos un texto que suponga una sentencia de muerte para los países-isla", declaró el ministro del clima de Australia, Chris Bowen, haciéndose eco de las declaraciones de Cedric Schuster, representante de Samoa.
Bowen señaló que hay "elementos positivos" en el primer borrador, pero advirtió que el texto es "muy débil" y que hace falta "una señal más clara" sobre el futuro de los combustibles fósiles. "La cumbre ha de concluir con un resultado del que estemos orgullosos y que suponga un gran cambio", recalcó el ministro australiano.
La mayoría de las críticas al primer borrador se centran en la falta de urgencia y ambición, con el horizonte puesto en el 2050 y sin compromisos a finales de esta década. La UE y el grupo de países críticos ha recordado a Al Yaber una referencia más directa a lo que él mismo consideraba como la "estrella polar" de las negociaciones, el aumento máximo de las temperaturas de 1,5 grados.
La COP28 agotó a las once de la mañana del martes el tiempo "reglamentario". Los delegados siguieron negociando en el tiempo de descuento mientras se desmontaban a su alrededor los pabellones, los recintos feriales y las atracciones patrocinadas que acompañan a las cumbres climáticas.
El Reino Unido se sumó a las críticas y calificó el borrador como "decepcionante". La delegación británica, cuestionada también por la reciente "marcha atrás" en sus objetivos de acción climática, reclamó en el texto final "una posición clara para eliminar los combustibles fósiles sin mitigación".
Las negociaciones entre los jefes de las delegaciones se extendieron hasta las tres de la madrugada del martes. A primera hora de la mañana se convocó una reunión para coordinar la respuesta de la UE a la que se sumó el secretario general de la ONU António Guterres, que enfatizó en su regreso a Dubái que la COP28 deberá marcar "el fin de la era de los combustibles fósiles".
El borrador presentado por Al Yaber propone sin embargo reducir" su producción y consumo "de una manera justa, ordenada y equitativa" para lograr la neutralidad de emisiones en el 2050 o antes, y "en línea con la ciencia". Aunque es la primera vez que se menciona a los combustibles fósiles en un acuerdo de una COP, el texto fue criticado como demasiado débil por evitar a toda costa la palabra "eliminación".
"Hemos avanzado, pero aún nos queda mucho por hacer", reconoció Al Yaber tras la fulminante reacción de las delegaciones europeas y de los países-isla. "Quiero que alcancen la mayor ambición en el lenguaje de los combustibles fósiles", dijo en un mensaje dirigido a los delegados de más de 190 países en la negociación del texto final. "Mi puerta sigue abierta para todos ustedes; ahora debemos trabajar mucho más rápido y más inteligentemente: no tenemos otra opción que trabajar juntos".
La vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, no ocultó su frustración: "Hay elementos que son totalmente inaceptables (...) Este no es el punto de inflexión que el planeta necesita para alcanzar hacia la eliminación progresiva de los combustibles fósiles en esta década crítica".
Ribera compareció ante los medios en compañía del comisario del cambio climático de la Unión Europea, Wopke Hoekstra. Pese a la "decepción compartida, ambos aseguraron que la estrategia de la UE no va a ser inicialmente levantarse de la mesa, sino introducir los cambios que consideran necesarios en la recta final de las negociaciones.
"Empezamos esta conferencia con buenas noticias sobre la financiación de pérdidas y daños y necesitamos acabarla con lo que el mundo necesita en esta década crítica", advirtió Teresa Ribera en el sprint final de las negociaciones, recalcando la necesidad de reforzar el texto en los tres puntos básicos (mitigación, adaptación y financiación) y con el objetivo de no rebasar el límite de un aumento de las temperaturas de 1,5 grados.