El agroalimentario andaluz resistirá ante los aranceles por el alto valor de los productos
Andalucía vendió a Estados Unidos alimentos y bebidas por valor de 1.354 millones de euros el año pasado, lo que supone casi el 40% del total de las exportaciones españolas hacia este país. Sin embargo, el sector no está dispuesto a renunciar a este mercado, que ha demostrado una fidelidad a prueba de bombas.
Lo confirman los productores de aceite de oliva, que el año pasado triplicaron el precio a causa de la sequía sin que las ventas sufrieran en exceso. Esta industria introdujo en Norteamérica mercancías por valor de 806 millones de euros en 2024 y pide «no entrar en el juego» de su presidente, pues consideran el anuncio «un arma de negociación más». «Lo tomamos con mucha precaución», comenta Juan Luis Ávila, olivarero y secretario general de COAG Andalucía.
Reconoce que, de consumarse esta amenaza, sería una traba comercial, pero «los operadores oleícolas están más que preparados ante un posible arancel, ya sea del 20%, como se comentaba al principio, o del 30%«. Y es que durante la primera etapa de Donald Trump ya se impuso un impuesto del 25% tanto al aceite de oliva como a la aceituna verde, lo que hizo que los grandes exportadores andaluces se establecieran en Estados Unidos para sortear las trabas fiscales.
Es el caso de Acesur, por ejemplo, que abrió una planta de envasado en Virginia y hasta dispone de una explotación de olivos que pronto dará cosecha. También Dcoop, que posee fábrica en Baltimore, donde elaboran la marca Pompeian, que es la líder en el país, y donde envasan una parte importante del aceite que venden en Estados Unidos. «Más que Donald Trump, me preocupa el papel que tengan la Unión Europea y el Gobierno en las exportaciones», ha reiterado en numerosas ocasiones el presidente de Dcoop, Antonio Luque, quien pide a Bruselas las mismas medidas de protección para el sector agroalimentario que para otros como el tecnológico o el del automóvil.
A pesar de todo, la confianza del sector se basa en la alta consideración del producto: «El aceite de oliva que exportamos a EEUU gusta al consumidor porque es de mucha calidad, más allá del precio», asegura Ávila.
En concreto, un arancel del 30% supondría un euro más de lo que ahora se está en origen (4,5 euros/litro de media), por lo que «no tiene por qué tener ningún tipo de influencia» y, seguramente, el más perjudicado sería el consumidor estadounidense, aunque más a largo plazo que a corto, pues la bajada de precios del aceite absorbería la subida arancelaria en los lineales.
Y es que, si finalmente el gravamen es el mismo para todo producto europeo, la subida arancelaria de Italia, principal competidor de España, sería la misma y Túnez, por su parte, ya tiene un arancel del 28%. Turquía podría convertirse en el país olivarero más beneficiado a priori, pero tiene un sistema tributario distinto que también grava al aceite con un 30% aproximadamente. «Nadie tiene la capacidad de vender a Estados Unidos en los volúmenes y la calidad que nosotros lo hacemos», aseguran desde el sector.
Aceituna de mesan y vino
El producto al que sí expulsaría del mercado un arancel del 30% sería la aceituna negra, que ya cuenta con un gravamen del 31% desde el 1 de agosto de 2018 (inicialmente fue del 35%). Si esta nueva tasa se suma a la anterior conllevaría un arancel del 61%, que eso sí sería inasumible para las empresas del sector. Según calculan desde la Asociación Española de Exportadores e Industriales de Aceituna de Mesa (Asemesa), ya se han perdido más de 300 millones de euros en estos siete años.
No obstante, la aceita andaluza, en especial la negra, está muy asentada en el mercado yanki, que la considera un producto de alta calidad. Hasta ahora esa fidelidad ha permitido que se mantengan abierto los canales de distribución. Sin embargo, el sector viene explorando nuevos mercados desde hace ocho años y ya ha penetrado en países como India y Japón.
En cuanto al vino, sólo en 2024 Andalucía exportó botellas a EEUU por valor de 14 millones de euros, enfocándolo principalmente a consumidores premium, con precios elevados en el destino. En este momento, aunque desde el sector prefieren ser prudentes hasta que se conozcan las condiciones concretas de los aranceles, hay rumores de que el vino pueda quedarse fuera de la guerra comercial.
«Estados Unido es un mercado fundamental para el vino español, ahora mismo insustituible», reconoce el director general de la Federación Española del Vino, que ha recordado que los datos de abril, los últimos disponibles, ya muestran una caída del 20% en las exportaciones de los caldos españoles debido al arancel de un 10% general que está en vigor desde el 1 de abril.
De esta forma, para el vino andaluz, un arancel del 20-30% sería «un problema importante», pero «algo con lo que se podría vivir», reconoce César Saldaña, presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Jerez-Xérès-Sherry y Manzanilla de Sanlúcar.
Armas contra la guerra comercial
Los mecanismos que hay en marcha para amortiguar este cambio en las relaciones comerciales están armados, pero inactivos. La Comisión Europea va a presentar a los países miembros un nuevo listado de productos procedentes de Estados Unidos a los que les aplicará aranceles en respuesta si no llega a un acuerdo. Este paquete pasa de los 21.000 millones que fijó en abril a 72.000 millones, más del doble.
El responsable comunitario de Comercio, Maros Sefcovic, lo confirmó ayer en Bruselas tras reunirse con los ministros de Comercio de los 27. Y también el propio comisario eslovaco, el que lleva la batuta en las negociaciones con la administración Trump, reconoció que está «muy decepcionado» por las formas del mandatario americano.
El Gobierno central también tiene la munición a punto y será en forma de ayudas. El Consejo de Ministros aprobó el pasado mes de abril los primeros 7.720 millones de euros del total de 14.100 millones de euros que el Gobierno prometió movilizar con el objetivo de dar certidumbre a los trabajadores y a las empresas afectadas por los aranceles.
De esos 7.720 millones que ya se han aprobado, el grueso se destinará a una línea de avales del Instituto de Crédito Oficial (ICO) de 5.000 millones para atender las necesidades de liquidez y para apoyar posibles procesos de reconversión industrial a firmas que vayan a tener una exposición significativa, directa o indirecta, al mercado de Estados Unidos.
También se reforzará el Fondo para la Internacionalización de la Empresa, que contará con un margen adicional de 720 millones y otros se activan 2.000 millones extra se distribuirá a través de la Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación (Cesce).
La Junta de Andalucía también anunció medidas por valor de 2.875 millones de euros para minimizar el impacto en la economía de estas medidas arancelarias. Se movilizarán 651,7 millones de euros entre ayudas e instrumentos financieros de apoyo al sector empresarial, más 2.260 millones de euros de financiación bancaria. La portavoz del Gobierno autonómico, Carolina España, incluso adelantó la puesta en marcha de una campaña de promoción de la aceituna de mesa en India, otro de los grandes países emergentes.