Zelenski dice que si Ucrania es derrotada, lanzará una guerra de guerrillas contra Rusia
Volodimir Zelenski y Joe Biden se reunieron este martes en un encuentro marcado no tanto por la invasión rusa de Ucrania, sino por el bloqueo de la ayuda militar a ese país por parte de la oposición republicana de EEUU.
A falta de menos de cien horas para que el Congreso estadounidense suspenda sus sesiones por las Navidades, las entregas de armas estadounidenses a Kiev están a punto de acabarse justo en pleno invierno y mientras Rusia continúa su ofensiva en el Este de Ucrania.
Por el momento, lo único que puede hacer Washington es entregar más inteligencia a Kiev y, más a largo plazo, reforzar la cooperación industrial entre ambos países para que Ucrania tenga más autonomía para fabricar sus propias armas. Por eso, Zelenski se reunió con Biden acompañado, entre otros, por su ministro de Industrias Estratégicas, Alexander Kamyshin. Por parte estadounidense, además de Biden, participaron los dos arquitectos de la política exterior y de seguridad de EEUU, el secretario de Estado, Tony Blinken, y el consejero de Seguridad Nacional, Jake Sullivan.
Pero, en el corto plazo, lo que cuentan son las armas. Y parece imposible que vayan a llegar antes de, con suerte, mediados de enero. Para entonces, puede ser demasiado tarde para que Ucrania mantenga las actuales líneas del frente. Por eso, Zelenski lanzó una advertencia: si Ucrania es derrotada en una guerra convencional por Rusia, recurrirá a la guerra de guerrillas.
Es una promesa y una advertencia, porque EEUU sabe que las guerrillas son, por definición, más difíciles de controlar que los Ejércitos convencionales sometidos a la autoridad de un Gobierno. Washington también es consciente de que hay aliados de la OTAN — como Polonia y los países bálticos — que muy probablemente respaldarían un movimiento partisano en Ucrania, con independencia de lo que dijera EEUU. Una guerra de guerrillas también aumentaría la posibilidad de que la OTAN se viera envuelta en el conflicto.
Ése fue uno de los mensajes de Zelenski en sus reuniones con el presidente de la Cámara de Representantes, el 'trumpista' Mike Johnson, que es uno de los principales responsables de la paralización de la ayuda y con varios senadores. El presidente ucraniano también se dirigió al Senado, donde los republicanos tienen igualmente bloqueada la ayuda pero son más flexibles. El presidente ucraniano insistió en que la idea de una negociación para terminar el conflicto, sugerida por algunos republicanos, no es realista. "Putin no necesita negociar", dijo Zelenski en el Senado. Hasta la fecha, Moscú sigue exigiendo lo mismo que hace un año: una Ucrania neutral y desmilitarizada, lo que convertiría a ese país en un títere similar a Bielorrusia para un vecino como Rusia, con 5.000 bombas atómicas al otro lado de la frontera.
Pero Zelenski no convenció a los republicanos, que cada día que pasa se escoran más en la dirección del aislacionismo al que su partido renunció en los años cuarenta, aunque una parte apreciable de su base simpatiza con Vladimir Putin.
Así que el testimonio del presidente ucraniano estuvo en las antípodas del que lanzó hace un año cuando se dirigió al Congreso de EEUU. Si en aquella ocasión Zelenski era un héroe triunfal que había frenado la ofensiva rusa y estaba haciendo retroceder a los soldados de Moscú, ahora ha sido más bien alguien que trata de explicar su postura.
Oficialmente, el Partido Republicano exige un endurecimiento de la lucha contra la inmigración ilegal, algo que es imposible que los demócratas acepten, y menos en un año electoral y con un presidente impopular que opta a la reelección como es Joe Biden.
Ninguno se enfrentó públicamente a Zelenski. De hecho, Johnson dijo que "estamos con Ucrania y contra la brutal invasión de Putin". Pero, tampoco nadie de la oposición cambió de opinión tras la visita. Como dijo el senador republicano Roger Wicker, "los dos partidos van a tener que negociar muy seriamente y dejar de reafirmar sus posiciones una y otra vez". Cuando lleguen a un acuerdo, podría ser demasiado tarde para Ucrania.