Alemania suprimirá las ayudas a los solicitantes de asilo que no se hayan registrado en el primer país de la UE al que hayan llegado
Tras el ataque con cuchillo perpetrado el pasado vienes en la ciudad alemana de Solingen por un refugiado sirio de 26 años, en el que murieron tres personas y otras ocho resultaron heridas, el tripartito alemán ha acordado contrarreloj un paquete de medidas sobre migración y asilo con la finalidad de acabar con el fraude de las ayudas y las estancias ilegales.
El canciller, Olaf Scholz, presionado por una opinión pública que pide respuestas -y en un escalón más bajo aún en las encuestas- reacciona. Pero las discrepancias entre sus socios le deja a medio camino de lo que proponía el líder de la opositora Unión Cristianodemócrata (CDU), Friedrich Merz, quien le invitó a diseñar un "cambio de era" en migración y asilo, un giro de 180º a la política de puertas abiertas por la que hace sólo nueve años defendían con alabanzas a Angela Merkel.
Entre las medidas del paquete negociado casi in extremis por socialdemócratas, liberales y verdes, figura la supresión de las ayudas a todos los refugiados que hayan viajado a Alemania a través de otro país de la Unión Europea, los llamados 'casos de Dublín' (en referencia a la norma europea que obliga a pedir asilo al primer país de la UE que se haya pisado). Eso afectaría, en estos momentos, a unas 50.000 personas de las cerca del cuarto de millón de deberían abandonar Alemania por estar en situación irregular.
El terrorista confeso de Soligen entró en Alemania a través de Bulgaria, por lo que, según el procedimiento de Dublín, la tramitación de su solicitud de asilo y las ayudas correspondientes corresponden a ese país. Bulgaria aceptó la devolución del refugiado sirio, pero no se ejecuto porque éste desapareció el día de la expulsión. Las autoridades alemanas esperan que, con la supresión total de las ayudas a los refugiados de Dublín, se reducirá, de paso, el efecto llamada.
A cargo del país de destino
La ministra de Interior, Nancy Faeser, afirmó al presentar el paquete de medidas negociado con su colega de Justicia, el liberal Marco Buschmann, y el ministro de Economía, Robert Habeck (Verde), que "nadie en Alemania morirá de hambre o dormirá en la calle". Sin embargo, los afectados dejarán de percibir prestaciones sociales en Alemania: el país de destino se hará cargo de ello.
Según Buschmann, el objetivo es presionar a los afectados para que se pongan en contacto con las autoridades o abandonen el país voluntariamente. Un "interés especial en la deportación" también debería aplicarse en el futuro a los jóvenes. Según el ministro, quienes regresen a su país de origen "sin razones de peso", por ejemplo para pasar unas vacaciones, perderán también su derecho a la protección en Alemania.
Recientemente, salió a la luz que los muchos refugiados sirios viajan a su país de origen a pesar de tener estatuto de protección, lo que ha provocado acalorados debates. Los ucranianos están exentos de la nueva medida debido a una norma especial (no hay procedimiento de asilo).
Propuestas concretas, como la cancelación de las prestaciones a algunos solicitantes de asilo, ya fueron criticadas de antemano. Por ejemplo, la organización de refugiados Pro Asyl calificó de "previsiblemente inconstitucional" el plan del líder del FDP, Christian Lindner, de recortar las prestaciones de asilo. "El Tribunal Constitucional Federal lo ha dicho claramente: las prestaciones sociales no deben recortarse ni reducirse arbitrariamente por supuestos efectos disuasorios", advierte la organización.
El Gobierno también responde al aumento de la violencia con arma blanca que se detecta en el país, con más de 9.000 casos el último año. El acuerdo del tripartito, que aún debe ser aprobado en consejo de ministros y pasar el trámite parlamentario, prevé la prohibición absoluta de armas blancas en fiestas públicas, acontecimientos deportivos, ferias y otros grandes eventos.
También se autorizará a los estados federados a prohibir las armas blancas en "lugares con alta incidencia delictiva", como las estaciones de tren. Además, se prohibirán las armas blancas en autobuses y transporte de larga distancia y se ampliarán los poderes de la policía federal. Se les permitirá realizar controles en las estaciones de ferrocarril y, el futuro, los agentes podrán utilizar pistolas paralizantes.
Faeser, que habló de "medidas de gran alcance" y "duras" adelantó que también quiere tomar medidas preventivas contra el islamismo violento. Para mejorar el reconocimiento y la defensa, se quiere dotar a las fuerzas del orden de mayores competencias, por ejemplo para controlar los flujos de dinero e identificar más eficazmente de los sospechosos.