Los socialistas franceses eligen a Olivier Faure como líder, mal clasificado por la opinión pública

Entre los 40.000 militantes oficiales, en una Francia de 68 millones de habitantes, solo 24.700 participaron en la elección / confirmación del primer secretario del partido, en una votación que duró hasta las diez de la noche del jueves. Ninguno de los rivales a cara de perro, desde hace años, se fiaba de la comisión que debía efectuar el recuento de votos. Y fue necesario esperar hasta bien avanzada la madrugada del viernes para conocer el resultado que deja al PS dividido, caído de hinojos en la crisis más grave y duradera del socialismo francés, que fue la fuerza triunfante y gobernante durante varias décadas.

El 2022, el PS consiguió el peor resultado de su historia en una elección presidencial, con Anne Hidalgo, gaditana, alcaldesa de París, como candidata, que solo consiguió el 1,7% de los votos.

Dos años más tarde, el 2024, el PS sufrió otra humillación histórica. Liderado por Olivier Faure, ya entonces, el PS solo consiguió 66 diputados cuando Marine Le Pen (extrema derecha) conseguía 125, en las últimas elecciones legislativas. Su peor representación parlamentaria de la historia de la V República.

Un año más tarde, la crisis socialista ha continuado empeorando. El PS de Faure ha roto con el partido mayoritario de las izquierdas francesas, La Francia Insumisa (LFI, extrema izquierda) de Jean-Luc Mélenchon. Tampoco se entiende con el PCF, víctima de su propia e histórica crisis. Y solo aspira a entenderse con el partido de Raphael Glucksmann (que fue cabeza de lista del PS en las últimas europeas, antes de abandonar el 'carro' socialista), con los Verdes y un grupúsculo de extrema izquierda independiente.

Hace un año, el PS formaba parte de un Nuevo Frente Popular (NFP). La crisis socialista hundió hace meses tal proyecto, para quedarse sin programa, huérfano de sus antiguas ideas fracasadas y abandonadas. Olivier Faure propone que el próximo congreso del PS, a mediados de junio, nombre a un equipo intelectual que comience a trabajar en el futuro «ideario», cuando las distintas familias y clanes socialistas tienen ambiciones enfrentadas.

El expresidente François Hollande, que terminó su mandato considerado como el peor jefe de Estado de la V República, aspira a ser candidato socialista en la elección presidencial del 2027. Bernard Cazeneuve, exministro del Interior y jefe de Gobierno de Hollande, desea un «recentraje» del PS. Derrotado, Nicolas Mayer-Rossignol, alcalde de Rúan, anuncia una «oposición constructiva», contra el equipo que debiera formar Olivier Faure para intentar avanzar en un campo de minas político.

Según los últimos sondeos, entre las 20 personalidades política de Francia, el primer secretario del PS ocupa el puesto décimo séptimo, en la cola más patética de la clase política francesa, muy por detrás de todos los líderes de la extrema izquierda, la extrema derecha, la izquierda, el centro y las derechas.