Netanyahu afirma que sea quien sea el presidente de Estados Unidos, "Israel será su aliado indispensable en Oriente Próximo

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El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha realizado numerosas visitas oficiales a Washington pero nunca lo hizo en medio de una tormenta tan colosal en Israel y Estados Unidos. La renuncia del presidente estadounidense Joe Biden como candidato marca el inicio del primer viaje de Netanyahu al extranjero desde el ataque de Hamas el pasado 7 de octubre y crea una nueva situación en las relaciones entre dos dirigentes que presumen de más de 40 años de amistad y discrepancias.

Netanyahu partió este lunes de Israel en el momento más crítico de su historia -con 120 secuestrados aún en cautiverio (entre ellos 46 declarados muertos) tras el ataque más letal que desató su guerra más larga (Franja de Gaza), escaladas con milicias proiraníes y retos internacionales sin precedentes (la acción de los dos tribunales de la ONU, condenas diplomáticas, etcétera)- para aterrizar 12 horas después en un país inmerso en la campaña electoral más dramática y sin demasiada atención hoy en lo que pasa fuera de sus fronteras.


"Salgo ahora a una visita muy importante cuando Israel está luchando en siete frentes y cuando hay una gran incertidumbre política en Washington", declaró Netanyahu en el aeropuerto de Ben Gurion al frente de una comitiva que incluye algunas familias de secuestrados y a la joven Noa Argamani, rescatada en una operación militar en junio tras ser secuestrada en el Festival Nova.


Sobre su cuarto discurso como primer ministro en el Congreso este miércoles, señaló que se dirigirá a republicanos y demócratas: "Les diré a mis amigos en ambos lados del arco que, independientemente de quién sea elegido nuevo presidente por el pueblo estadounidense, Israel seguirá siendo su fuerte e indispensable aliado en Oriente Próximo".


En su primera reacción tras el anuncio de Biden, Netanyahu afirmó que su reunión prevista -si el coronavirus lo permite- este martes, "es una oportunidad para agradecerle por las cosas que hizo por Israel tanto en la guerra como durante su larga y distinguida carrera en el servicio público como senador, vicepresidente y presidente".


Según dijo, dialogarán sobre "cómo promover objetivos importantes para nuestros dos países en los próximos y críticos meses, lograr la liberación de todos nuestros secuestrados, derrotar a Hamas, enfrentar el eje terrorista de Irán y sus proxis, y garantizar que todos nuestros habitantes en el norte y en el sur regresen a sus hogares".


Es posible que Netanyahu se reúna esta semana con el presidente anterior (Donald Trump), el presidente actual (Biden ) y el próximo presidente (Kamala Harris o Trump). Con todo, la cita con Trump no está confirmada. El indiscutible favorito de la derecha en Israel sigue enfadado con Bibi entre otros motivos porque hace cuatro años felicitó a Biden por su victoria. De ahí que deba medir cada palabra en un viaje en el que la oposición israelí le pide no poner en peligro el apoyo bipartidista recordando su discurso desafiante en el Congreso contra el presidente Barak Obama en 2015 debido al acuerdo nuclear iraní.

Un Netanyahu debilitado


Hace dos meses, un Netanyahu muy debilitado en casa (sondeos adversos, críticas por el fracaso del 7-O y/o por no llegar a un acuerdo que libere a los secuestrados, manifestaciones, advertencias en su Gobierno, etc) tenía previsto encontrarse con un Biden fortalecido. Tras el fracaso en el debate con Trump, se convirtió en figura debilitada. Ahora, Biden es imprevisible. Por un lado, sin cadenas de la campaña electoral puede centrarse en su legado lo que podría llevar a elevar su presión para lograr la tregua en Gaza, liberar a los secuestrados y quizá un acuerdo israelí-saudí dando a los palestinos esperanzas para un Estado. Por otro lado, en su ocaso oficial puede no tener interés en intentar encontrar una salida del complejo laberinto en Oriente Próximo.

Tras su vuelta al poder a finales del 2022, Netanyahu intentó recibir una invitación a Washington. Pero las puertas de la Casa Blanca, que visitó por última vez en septiembre del 2020, se cerraron a raíz de las tensiones creadas en Israel por la polémica iniciativa de su Gobierno ultraconservador para variar la relación entre el poder judicial y el ejecutivo. El pasado 20 de septiembre, los dos se reunieron en Nueva York con motivo de la Asamblea General de la ONU y exhibieron gran optimismo sobre la posibilidad de la normalización cercana de relaciones entre Israel y Arabia Saudí. 17 días después, Hamas convirtió el sueño de su enemigo en pesadilla. Biden viajó a Israel para apuntalar su apoyo, traducido en el intenso suministro de armas y el paraguas estratégico ante Irán. Fue cuando se confirmó lo que ha dicho en varias ocasiones: "No hace falta ser judío para ser sionista".

La gestión de la devastadora guerra que se acerca a los 300 días, el elevado número de muertos y nivel de destrucción en la Franja de Gaza, las diferencias sobre el día después y la solución de dos Estados tensaron las relaciones entre Netanyahu y Biden.