Biden y Trump triunfan en las primarias de Míchigan

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha ganado las primarias demócratas de Míchigan y Donald Trump, las primarias republicanas. Era lo previsible, en una contienda en la que el primero se presentaba sin verdadera oposición y el segundo cuenta su ventaja en las encuestas por decenas de puntos. Pero no por previsible el resultado quiere decir que no pueda haber sorpresas en el recuento. La gran incógnita es cuál será el porcentaje final de votos disidentes en un estado bisagra clave para las aspiraciones electorales de los dos contendientes en las presidenciales del próximo noviembre.

Del lado republicano, la clave será cuántas papeletas lleven el nombre de la única rival que le queda a Trump, Nikki Haley. Del lado demócrata, cuántos electores en un Estado con una importante población árabe habrán seguido las recomendaciones de una campaña de protesta contra la política proisraelí de la Casa Blanca y elegido la opción “no declarado”, equivalente a un voto en blanco, para exigir un alto el fuego permanente en Gaza. Con el 14% de los votos escrutado, Biden recibía un 79% de los votos; “no declarado”, el 15,3%.

Los colegios electorales cerraron a las 20.00 horas (02.00 hora peninsular española del miércoles) tras doce horas abiertos. En Dearborn, una ciudad en las afueras de Detroit donde el 55% de la población es de origen magrebí o de Oriente Próximo, y que se ha convertido en el corazón de la campaña de protestaListen to Michigan” (“Escuchen a Míchigan”), lo que a comienzos de la mañana era un mero goteo de personas en la tarde iba cobrando ritmo. Más de un millón de personas habían votado por anticipado, en un Estado de diez millones de habitantes; en Dearborn, los funcionarios electorales comentaban que la participación había sido superior a lo esperado. “Nos estamos quedando sin papeletas”, indicaban en el precinto número 2, cuando aún faltaba una hora y media para dar por terminada la votación.

“Queremos demostrar que somos un bloque electoral con el que hay que contar”, apuntaba el alcalde de Dearborn, Abdullah Hammoud, en el exterior del colegio electoral McDonald. Hammoud, de origen libanés, es uno de las decenas de funcionarios y políticos demócratas que han expresado su apoyo a la campaña para el voto “no declarado” de castigo a Biden. Otros grupos del ala más progresista demócrata también respaldaban esa opción.

“Son nuestros padres, nuestros hermanos, nuestras familias y amigos quienes están siendo bombardeados…. Queremos utilizar esta oportunidad que tenemos para enviar un mensaje: que a menos que el presidente corrija el curso de su política, corre el riesgo de arruinar no solo su presidencia, sino al final incluso la propia democracia estadounidense con la elección de Donald Trump”, continuaba. “Esta comunidad se siente traicionada. Elegimos a un presidente para liderar con humanidad, con decencia, con empatía, y hemos recibido todo lo contrario”.

El presidente estadounidense, que al comienzo de la guerra en Gaza se puso decididamente del lado israelí, ha modulado gradualmente su posición, aunque mantiene su resistencia a un alto el fuego permanente y continúa el envío de armamento a Israel. En las últimas semanas ha declarado que el Gobierno israelí “se ha pasado” en su guerra en la Franja, donde han muerto cerca de 30.000 palestinos, ha sancionado a colonos judíos que atacaron a palestinos en Cisjordania y ha advertido contra una ofensiva en Rafah, la última ciudad gazatí por atacar. Este lunes expresaba su esperanza de cerrar antes de una semana una tregua temporal que pueda servir de primer paso para un alto el fuego permanente.

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Un gesto que los votantes de Dearborn declaraban que no cambiaría sus posiciones. “Demasiado poco, demasiado tarde”, opinaba Khalid Turaani, de la Michigan Task Force of Palestine y uno de los organizadores del movimiento “Abandon Biden”, que promueve la derrota del presidente estadounidense en las elecciones del próximo noviembre. El alcalde Hammoud también se mostraba escéptico: “es extraño que mientras estás comiéndote un helado sea el momento para hablar del alto el fuego. Y mientras tanto, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha presentado a su Gabinete un plan para invadir Rafah durante el Ramadán, el mes más sagrado musulmán”.

Michigan es clave para las aspiraciones del demócrata y del republicano. Trump ganó este Estado en 2016 por poco más de 10.000 votos. Biden se lo arrebató en 2020 por 150.000 papeletas. El Estado cuenta con una población de 300.000 residentes de origen árabe, que hace cuatro años se inclinó mayoritariamente (un 64%) a favor del actual presidente.

“Hace cuatro años voté a Biden. Esta vez voy a votar por Trump”, aseguraba a la salida de su colegio electoral en Dearborn Emad Said, desempleado de 48 años. Su motivación, aseguraba, no era únicamente los acontecimientos en Gaza. “Ha aumentado el crimen, se está enviando muchísimo dinero a Ucrania y aquí falta… América primero”, apuntaba, repitiendo el lema que Trump ha hecho famoso.

Un porcentaje superior al 10% del total en votos “no declarados” sería una importante advertencia para Biden en un Estado que, además de apoyarle en 2020, cuenta con mayoría demócrata en su parlamento local y en la gobernación estatal. El presidente ha recibido el apoyo de UAW, el influyente sindicato de los trabajadores del automóvil, de gran peso político en un Estado que acumula el 20% de la producción de vehículos de todo el país.

“Vamos a seguir subrayando las diferencias entre Biden y Trump y, una vez que queden claras, creemos que los votantes que se han distanciado de Biden volverán”, declaraba a la agencia Reuters LaShawn English, directora regional del sindicato.

La gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, copresidente de la campaña de Biden, ha advertido que un voto de castigo ahora contra el presidente puede traducirse en un triunfo para Trump en noviembre. También ha indicado, en declaraciones a la cadena de televisión MSNBC, que “va a ser importante que la Administración continúe en contacto con los líderes e individuos en las comunidades palestina, musulmana, árabe estadounidense, así como la judía”.

En el lado republicano, cuántos votos reciba Haley representará un indicio de hasta qué punto una parte de este electorado alberga dudas sobre un segundo mandato de Trump, al que las encuestas concedían 57 puntos porcentuales de ventaja sobre su rival. Aunque el dato será relativo: solo un 30% de los delegados de Michigan para la convención republicana de Milwaukee se adjudicarán ahora. El 70 restante tendrá que esperar al sábado, cuando el partido celebrará su convención estatal. O, mejor dicho, convenciones: las divisiones internas han creado dos facciones que han convocado reuniones distintas en dos ciudades diferentes.

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