Así celebrarán las Familias Reales europeas la Navidad: tradiciones, postales y decoraciones>

Una de las tradiciones más queridas es la de los regalos: en Nochebuena, se colocan en las mesas del salón rojo y se abren a la hora del té. No suelen hacerse regalos caros, son más bien detalles con sentido del humor. También se aprovecha la ocasión para entregar el aguinaldo al personal. Luego llega la cena de Nochebuena, para la que se visten de gala. El menú, escrito en francés, consta de seis platos y se sirve a la luz de la velas. A la mañana siguiente, desayuno en la cama, misa y una comida de 50 minutos exactos en la que no falta el pavo asado y la ensalada de camarones. El tiempo está calculado para que puedan ver por televisión el discurso del Rey. El día de Navidad termina con un buffet de casi 20 platos, un brindis con el chef y un juego de mesa en el que participa toda la familia.

En la fachada del Palacio Real de Oslo luce un hermoso abeto. No es el único: en el interior, encontramos otro en el salón principal, donde las mesas se han adornado con flores blancas y velas. En Nochebuena se reunirán todos, incluso la princesa Ingrid de Noruega, que se ha independizado. La mañana de Navidad, la Familia Real acudirá a una misa. El tradicional discurso del Rey se hace esperar hasta la noche del 31 de diciembre.

En Bélgica, la Familia Real ha tirado la casa por la ventana en el décimo aniversario del reinado del Rey Felipe: un abeto de 20 metros, un belén a tamaño natural y un espectacular concierto en Palacio Real de Bruselas para celebrar el regreso de la heredera, Elisabeth, estudiante en Oxford. También han apostado por un felicitación con un posado del los Reyes con sus cuatro hijos (situados por orden de nacimiento) a las puertas de palacio. El día 25, su majestad hará el tradicional discurso a la nación. En Nochebuena, el banquete contará con delicias como faisán, pavo asado y marisco. No faltará un exquisito postre de chocolate. A la mañana siguiente les espera un 'cougnou', un exquisito bollo con forma de Niño Jesús en su cuna, que se moja en chocolate caliente. Luego se abren los regalos.

Los suecos empiezan las Fiestas el 23, con el cumpleaños de Silvia de Suecia. Se reúnen en el Palacio de Drottningholm, en la isla de Lovön, a la que acude en trineo Papa Noel de vez en cuando, aunque muchos testigos aseguran haber visto a sus majestades de compras por las jugueterías y librerías locales. Abundan las velas y jacintos, las flores favoritas de la reina. El abeto se adorna en plata. Y el menú apuesta por una fusión de la gastronomía sueca con la alemana: no falta el Stollen (pan dulce), las galletitas saladas y el pan de jengibre. La lectura del Evangelio y las misas son habituales.

Guillermo, Máxima y sus tres hijas, Amalia, Alexia y Ariane, suelen celebrar las Navidades en Holanda y Año Nuevo en la Patagonia, Argentina, pasando así del crudo invierno al verano austral. Y lo hacen siempre acompañados de su perro Mambo. La cena suele ser tradicional, con venado, ganso o pavo, acompañado de verduras y kerstbrood o pan de Navidad. Después, como todas las familias, se intercambian los presentes.

Pero la Navidad más negra se cierne sobre la Casa Real danesa. En el Castillo de Marselisborg nadie espera que se aparezca el fantasma del padre de Hamlet, pero tal vez sí el de Genoveva Casanova. A los príncipes Federico y Mary se les puede atragantar la cena. Y con razón. En principio, la primera aparición oficial de la familia será en la tradicional cena de Año Nuevo, el 1 de enero. Hasta entonces, es posible que no se hagan ni regalos bajo el abeto de palacio. Por si acaso, que guarden los cuchillos de plata.