Una cardióloga avisa de la enfermedad cardíaca que pueden sufrir personas mayores de 40 años

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Aunque los infartos son más frecuentes en personas mayores de 65 años, en los últimos años los expertos han detectado un preocupante aumento de enfermedades cardíacas en adultos jóvenes menores de 45 años. Este fenómeno ha encendido las alarmas en la comunidad médica, que advierte sobre la necesidad de prestar atención a los factores de riesgo desde edades más tempranas. En este sentido, la Doctora Hannah Rosenblum, cardióloga del Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia y el Hospital Presbiteriano de Nueva York, ha revelado en una entrevista con 'The Post' cuáles son los síntomas de los llamados infartos silenciosos, que pueden afectar a personas de 40, 50 y 60 años sin que estas sean conscientes del peligro.

Los riesgos cardiovasculares a partir de los 40 años

Uno de los principales problemas de las enfermedades del corazón es que muchas veces se presentan sin haber sufrido síntomas evidentes. Por este motivo, Rosenblum advierte que incluso las personas que no presentan señales de problemas cardíacos pueden estar en riesgo: «Las personas de entre 40 y 60 años pueden correr el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas incluso si actualmente no presentan síntomas», señala la especialista.

Por ello, la prevención es clave. Según la cardióloga, llevar un estilo de vida saludable es fundamental para reducir la posibilidad de sufrir complicaciones en el futuro: «Deben seguir una dieta saludable para el corazón, es decir, baja en grasas, azúcar y sal, y tratar de realizar al menos 150 minutos por semana de ejercicio de intensidad moderada», recomienda.

Las señales de alerta que no deben pasarse por alto

Uno de los aspectos más preocupantes de los infartos en personas jóvenes es que pueden manifestarse de forma atípica o con síntomas que suelen pasarse por alto. La doctora pone un ejemplo claro de lo que puede ser una señal de alarma: «Si normalmente puede correr cinco kilómetros pero de repente nota que le falta el aire o tiene dolor en el pecho cuando hace ejercicio, debe consultar a un cardiólogo», advierte.

Para minimizar los riesgos, Rosenblum insiste en la importancia de una rutina de actividad física que incluya 150 minutos de ejercicio moderado a la semana y dos días de fortalecimiento muscular. Este hábito, combinado con una alimentación equilibrada, puede ayudar a mantener el corazón en buen estado y evitar complicaciones futuras.

Aparte de la dieta y el ejercicio, la cardióloga subraya la importancia de someterse a controles médicos periódicos para detectar a tiempo cualquier problema cardíaco. «Para protegerse contra las enfermedades cardíacas, Rosenblum recomienda que las personas consulten a sus médicos de atención primaria para una evaluación de riesgos y exámenes de rutina de presión arterial, colesterol y diabetes», manifiesta.

Por otro lado, aunque el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares puede aumentar con la edad, en el caso de las mujeres, hay un factor adicional que debe ser tenido en cuenta: «Específicamente para las mujeres en este grupo de edad, el riesgo cambia durante la menopausia con fluctuaciones hormonales, por lo que es importante asegurarse de controlar la presión arterial, el colesterol y la 'A1C'», explica la especialista.

¿Cuándo acudir al cardiólogo?

Finalmente, además de prestar atención a síntomas como la fatiga o el dolor en el pecho, Rosenblum insiste en que las personas con antecedentes familiares de enfermedades cardiovasculares deben tomar precauciones adicionales y recomienda consultar a un cardiólogo para una evaluación avanzada y hablar sobre cómo reducir el riesgo y posiblemente tomar medicamentos preventivos si es necesario.

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