El nuevo Gobierno de Países Bajos impulsará "el régimen de asilo más estricto jamás aprobado"
El nuevo Gobierno de coalición de Países Bajos, controlado de forma mayoritaria por los ultras de Geert Wilders, aunque él renunció a presidirlo para hacer posible el acuerdo final, ha presentado este viernes su programa de gobierno con una prioridad clara: poner en marcha "el régimen de asilo más estricto jamás aprobado" en el país, según el documento presentado.
La coalición de Gobierno de derecha y extrema derecha presentó su programa en La Haya, primero por escrito y después en una rueda de prensa de su primer ministro, Dick Schoof. Sus principales medidas van encaminadas a frenar la inmigración, limitar las entradas de refugiados y aumentar las expulsiones. El documento del programa de la coalición, que conforman también oros partidos de derecha y del centroderecha, como el Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD) del actual secretario general de la OTAN, Mark Rutte, relaciona claramente y sin tapujos inmigración y delincuencia. Y señala a la inmigración como el causante de los principales problemas de Países Bajos, en línea con el estado de opinión dominante en la quinta economía de la Unión Europea.
"Los delitos, incidentes y molestias causados por los solicitantes de asilo deben cesar" remacha el documento, que señala claramente a la inmigración como "el principal factor" que está detrás de los cambios demográficos que "ejercen una enorme presión sobre el mercado inmobiliario, la atención médica y la educación, además de influir en la cohesión social y la seguridad".
La nueva ministra de Asilo y Migración, Marjolein Faber, del Partido por la Libertad (PVV) de Wilders, es una dirigente ultra que en su día defendió la teoría del gran reemplazo, es decir: la teoría conspiratoria que asegura que la población autóctona neerlandesa será sustituida por los inmigrantes en un futuro cercano. Antes de tomar posesión como ministra al principio del verano, renegó de aquellas palabras con un argumento convincente: "Una cosa es estar en la oposición y otra encabezar un Ministerio".
Y cambió su polémica teoría, que tiene su origen en la Alemania nazi, por «una evolución demográfica preocupante».
El Gobierno de La Haya plantea ahora que irá aprobando en los próximos meses varias "medidas de emergencia" para hacer frente a la inmigración. El objetivo es hacer más difícil la concesión de asilo, dificultar el reagrupamiento familiar y hacer posibles más expulsiones.
Majorlein lo deja claro: "Necesitamos cambiar de rumbo y reducir la afluencia de inmediato. Estamos tomando medidas para hacer que Países Bajos sea lo menos atractivo posible para los solicitantes de asilo. No hay lugar para quienes abusen de nuestra hospitalidad. Voy a por un Países Bajos más seguro».
El primer ministro ha confirmado que su Gobierno va a pedir a la Unión Europea una cláusula de exclusión de la política de migración europea que les permita suspender durante dos años la tramitación de las peticiones de asilo y para "expulsar, incluso de manera forzada, a personas sin residencia legal".
El Gobierno neerlandés suspenderá en primer lugar parte de la actual Ley de Extranjería para eliminar el permiso de asilo por tiempo indefinido y hacer más rígidas las normas de admisibilidad o eliminar la reagrupación familiar a los hijos adultos. Sólo se permitirá en los casos en el que el asilado tenga trabajo, vivienda y lleve viviendo de forma regular en el país un mínimo de dos años.
El actual Gobierno conservador de Países Bajos se ha cerrado fruto de un acuerdo entre el Partido por la Libertad (PVV) del ultra Geert Wilders, que es el mayoritario, ya que ganó las elecciones, los liberales del VVD, del anterior primer ministro, Mark Rutte, el democristiano Nuevo Contrato Social (NSC) y el partido de los granjeros (BBB), que ha arrancado muchas medidas a favor de los agricultores y ganaderos, como la limitación de las medidas de protección medioambiental que les perjudicaban.
Los ultras ganaron las elecciones del pasado mes de noviembre con 37 escaños. La segunda lista más votada fue la coalición de izquierdas (socialdemócratas y verdes), con 25 diputados. Pero la suma de los partidos de la derecha -PVV (37), VVD (24), NSC (20) y BBB (seis)- daba mayoría absoluta, lo que les llevó a negociar un acuerdo, que tardó seis meses en salir adelante.