Christine Lagarde despide el ciclo de política monetaria del BCE

La presidenta del BCE ha seguido señalando como criterio fundamental en las futuras decisiones la evolución de la inflación. «Ahora estamos en un momento diferente, con diferentes actores, con diferentes socios, con diferentes políticas, y continuaremos analizando, evaluando, midiendo y asegurándonos de cumplir nuestro objetivo del 2% a medio plazo«, ha dicho en la rueda de prensa posterior a la reunión del consejo de gobierno celebrada en Fráncfort.

Lagarde considera que «estamos en una buena posición sobre la base de la trayectoria comercial actual y con los recortes de 25 puntos básicos que decidimos, para que podamos enfrentar las incertidumbres que se nos presentan», en referencia al escenario de la guerra comercial, y ha insistido en que «decidiremos reunión por reunión sobre la base de los datos«.

En su opinión, los aranceles de Estados Unidos tendrán un impacto predominante en el crecimiento económico europeo durante el año 2026, pero espera que sean compensados por el impulso del gasto militar. «Las medidas recientemente anunciadas para intensificar la inversión en defensa e infraestructuras también deberían impulsar el crecimiento«, ha dicho, sin olvidar el tirón de orejas a los gobiernos que siguen sin abordar las necesarias reformas. »En el entorno geopolítico actual, es aún más urgente que las políticas fiscales y estructurales hagan que la economía de la eurozona sea más productiva, más competitiva y más resiliente«, ha reprochado.

En esta última bajada de tipos del ciclo, el BCE ha tenido en cuenta el hecho de que la tasa de inflación en la eurozona ha disminuido significativamente en comparación con la ola de inflación del otoño de 2022. En mayo, la tasa fue del 1,9%, por debajo del objetivo a medio plazo del BCE del 2%. En abril y marzo, la tasa había sido del 2,2% cada uno, y en febrero del 2,3%. La tasa de inflación subyacente, es decir, la inflación que excluye las fuertes fluctuaciones de los precios de la energía y los alimentos, que a los banqueros centrales les gusta considerar como un indicador de la evolución a largo plazo, también ha disminuido, del 2,7% al 2,3%. En particular, la caída de los precios de la energía ha compensado parcialmente recientemente el aumento de los precios de los alimentos y los servicios.

Hasta ahora, los efectos de las políticas de Trump sobre la inflación se han observado principalmente a través del tipo de cambio entre el dólar y el euro y del precio del petróleo. El crudo barato hace que el combustible y la calefacción sean más baratos y tiene un efecto amortiguador sobre la inflación. La recesión en grandes economías como la alemana también está teniendo un efecto sobre la inflación en la misma dirección. Sin embargo, el presidente del Bundesbank, Joachim Nagel, aconseja cautela y señala que incertidumbre sobre los nuevos acontecimientos sigue siendo grande.

Decisión no unánime

«Hubo un miembro del consejo de gobierno que no apoyó la decisión de bajar los tipos. Pero aparte de eso, fue prácticamente unánime, por lo que lo llamaría un consenso muy amplio o un apoyo prácticamente unánime a la decisión de recortar en 25 puntos básicos», ha precisado Lagarde, que reconoce, por otra parte, el elevado nivel de incertidumbre. «Se espera que los aranceles más altos y un euro más fuerte dificulten la exportación de las empresas. Se espera que la alta incertidumbre pese sobre la inversión», ha admitido, para añadir que «los riesgos para el crecimiento económico siguen inclinados a la baja. Una nueva escalada de las tensiones comerciales mundiales y las incertidumbres asociadas podrían reducir el crecimiento de la zona del euro al frenar las exportaciones y lastrar la inversión y el consumo«.

En su análisis por sectores, ha precisado que «los datos de las encuestas apuntan en general a algunas perspectivas más débiles a corto plazo y, si bien la manufactura se ha fortalecido, en parte porque el comercio se ha adelantado en previsión de aranceles más altos, el sector de servicios, más orientado al mercado interno, se está desacelerando», ha apreciado.

Asimismo, sobre esta reunión del consejo de gobierno planeaban las informaciones publicadas esta misma semana en referencia a las intenciones de Lagarde de abandonar anticipadamente su cargo al frente del BCE para dirigir el Foro de Davos. «Puedo decirles con mucha firmeza que siempre he estado, y estoy, totalmente decidida a cumplir mi misión, y estoy decidida a completar mi mandato. Así que lamento decirte que no vas a verme la espalda», ha respondido Lagarde, desmintiendo así las publicaciones.