Armar la alternativa a la mafia

Pedro Sánchez ha convertido el Gobierno en una organización dedicada a blindar su poder y sus negocios familiares recurriendo a cualquier método; o sea, algo muy parecido a una mafia donde él desempeña el papel de 'capo'. Las informaciones que vamos conociendo dibujan un escenario ... incompatible con el Estado de derecho y la democracia. Reuniones clandestinas donde una 'sicaria' del partido ofrece impunidad a un delincuente huido a cambio de información comprometedora contra mandos de la UCO, vídeos sexuales de un fiscal anticorrupción, campañas de acoso a jueces, utilización fraudulenta del fuero por parte de altos cargos socialistas, un proyecto de ley cuyo propósito es otorgar al Ejecutivo el control de las investigaciones judiciales a través de una Fiscalía sometida a su voluntad, según palabras del propio Sánchez, cuyo actual número uno está imputado pero no dimite. España nunca había caído tan bajo. Chapoteamos en una ciénaga de corrupción alimentada cada día con las aguas fétidas que bajan desde la Moncloa y Ferraz. Asistimos impotentes al hundimiento de nuestra nación, mientras nos crujen a impuestos confiscatorios destinados en buena medida al despilfarro y la compra de votos. Y estamos solos. En algún momento pudimos pensar que Europa pondría coto a tanto desmán, pero lo único que ha impedido ha sido oficializar el catalán y el vascuence como lenguas europeas, y lo ha hecho en su propio beneficio. España es cosa nuestra, no la 'cosa nostra' de Sánchez, y nuestra, de los españoles, es la responsabilidad de salvarla.