El Benidorm de Corea del Norte: Kim Jong-un se inspira en España para impulsar el turismo

La reaparición de su esposa. Kim Jong-un en la inauguración del complejo con su esposa, Ri Sol-ju, a la que no se veía desde hacía año y medio.

¿Cómo va a prosperar un complejo para 20.000 huéspedes si solo se dirige al mercado interno? Escasean los norcoreanos con suficiente poder adquisitivo para permitírselo. Pero Kim sigue a lo suyo.

Según contó Donald Trump tras su encuentro con el presidente norcoreano durante su primer mandato, él fue quien le dijo a Kim Jong-un: «Estas playas son fantásticas. Las vemos cada vez que disparan con sus misiles al océano. ¿No quedaría genial ahí un complejo hotelero? ¡Piénselo desde la perspectiva inmobiliaria!». De hecho, hasta hace poco, el Ejército Popular de Corea usaba la zona como campo de entrenamiento para cientos de cañones.

Supervisar el tobogán. Kim Jong-un y su obsesión no sólo por controlarlo todo —hasta la puesta en marcha de un tobogán acuático—, sino, además, por comunicar al país que nada en Corea del Norte escapa a su mirada.

Pero al final Kim decidió construir un Benidorm en versión coreana y eligió Wonsan, una ciudad con la que tiene un enorme vínculo porque pasó allí parte de su infancia. Él mismo encabezó en junio el acto inaugural del resort junto con su mujer, Ri Sol-ju, y su hija de 12 años, Ju-ae. Ha dicho que considera recibir allí a jefes de Estado extranjeros y celebrar cumbres. Algo así como un Mar-a-Lago, pero al estilo norcoreano.