El cumpleaños más oscuro de Mette-Marit de Noruega tras la imputación formal a su hijo, Marius Borg Høiby
La Princesa Mette-Maritcumple este 19 de agosto 52 años atravesando uno de los momentos más difíciles a nivel personal. Lo que debería ser una fecha de celebración se ha convertido en un nuevo capítulo de un 'annus horribilis' marcado por sus problemas de salud, la marcha de su hija Ingrid Alexandra a Australia y, sobre todo, la imputación formal de su primogénito, Marius Borg Høiby, por 32 delitos, cuatro de ellos de violación.
Cabe resaltar que, desde 2018, la mujer del Príncipe Haakon convive con ua fibrosis pulmonar crónica que la ha obligado en reiteradas oportunidades a modificar su agenda y a reconocer públicamente que su vida se mueve en la incertidumbre. En marzo de este año, la Casa Real noruega hizo saltar todas la alarmas tras publicar un comunicado especialmente preocupante: la enfermedad de la princesa había avanzado y afectaba de manera significativa su día a día.
«Como se desprende de la información enviada a la prensa el 6 de marzo de 2025, la Princesa Heredera presenta síntomas y dolencias diarias que afectan su capacidad para desempeñar sus funciones», se podía leer en el documento. Este bache de salud le impidió a Mette-Marit participar en la Feria Internacional del Libro de Leipzig, uno de los eventos a los que más ilusión le hacía acudir.
Fue hace dos años, con motivo de su cumpleaños 50, que la princesa decidió hablar por primera vez sobre su enfemerdad de manera pública. «Para los que viven con algo así, poco visible, como en mi caso, puede ser duro. Porque cuando la gente no te lo ve es menos fácil de entender», explicó en entrevista con 'NRK' y añadió que, a pesar de sus dolencias: «Soy muy optimista y muy feliz por tener personas talentosas a mi alrededor. Elijo informar sobre esto ahora, entre otras cosas, porque en el futuro será necesario tener periodos sin programas oficiales».
El escándalo de su hijo, Marius Borg Høiby
Por otro lado, en medio de sus problemas de salud, la situación judicial de sui hijo, Marius Borg Høiby, también ha sido un duro golpe para la princesa. Recientemente, la Fiscalía noruega anunció la imputación formal de Marius Borg Høiby por un total de 32 delitos, entre ellos cuatro violaciones y varios cargos de violencia doméstica, amenazas, daños y alteración del orden público.
«Se trata de actos muy graves que pueden dejar huella y destruir vidas. La pena máxima para los delitos mencionados en la acusación es de cárcel de hasta diez años», indicó el fiscal a cargo del caso durante una rueda de prensa. Además, dicha insitución quiso dejar en claro que, pese a la notoriedad familiar del acusado, no habrá un trato especial: «La vinculación de Borg Høiby con la Familia Real noruega no implicará que sea tratado de forma más o menos dura que si esos hechos fueran cometidos por otro», sentenció.
El juicio, que se prevé que arranque a mediados de enero de 2026, será uno de los más mediáticos en la historia reciente de Noruega. Por su parte, el abogado del joven de 28 años, Petar Sekulic, adelantó en declaraciones a 'Reuters' que su cliente «no está de acuerdo con las acusaciones sobre violación y violencia doméstica» y dejó entrever que podría admitir responsabilidad en algunos cargos menores.

La marcha de Ingrid Alexandra a Australia
En medio de la preocupación por su salud y la polémica por su primogénito, Mette-Marit ha tenido que afrontar la despedida de su hija Ingrid Alexandra, quien ha emprendido un nuevo camino lejos de casa y, sobre todo, lejos del foco mediático.
La hija mayor de Príncipe Haakon ha iniciado sus estudios de Ciencias Sociales en la Universidad de Sidney, Australia, donde se especializará en Relaciones Internacionales y Economía Política.
«Será emocionante y estoy deseando empezar mis estudios», comentó la heredera al trono a su llegada al campus universitario, palabras y fotografías que fueron publicadas por la propia Casa Real en sus redes sociales.

Así, Mette-Marit llega a sus 52 años con un futuro incierto, marcado por tres frentes que la desgastan emocionalmente: su salud, el escándalo judicial de su hijo y la distancia de su hija. Pese a ello, la princesa cuenta con el apoyo incondicional de su marido, el Príncipe Haakon, quien se ha convertido en su pilar durante este difícil tiempo.
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