Marruecos impide la entrada de la primera furgoneta española con mercancía

Tras dos años y ocho meses, el Gobierno culminó la pasada semana la negociación con Rabat para sellar la paz y permitir el intercambio comercial entre ambos países. El Ejecutivo cedía así el control de la aduana de Melilla para que el país vecino pueda introducir en la ciudad autónoma sus productos y, a cambio, pemitir de igual manera que desde Melilla pase un camión con una mercancía determinada.

La entrada, sin embargo, debería ser previamente autorizada por las autoridades marroquíes, algo que no ha sucedido en esta ocasión. En concreto, en virtud de ese acuerdo, podrían pasar a Marruecos solo determinados productos, que en su caso determinarán las autoridades marroquíes. Los criterios establecidos por Rabat para decidir sobre las mercancías no se dieron a conocer.

Segunda cesión

Fue el 7 de abril de 2022 cuando Sánchez viajó a Marruecos para sellar la paz y poner fin a la crisis diplomática originada en España el año anterior, tras la decisión del Gobierno de acoger al líder del Frente Polisario, Brahim Gali, para que fuera tratado de sus síntomas de Covid. Las «razones humanitarias» de aquella acción –como esgrimió entonces el Gobierno de Sánchez– llevaron a España a una crisis migratoria sin precedentes en la frontera con Marruecos.

Para enmendar su error, España y Marruecos realizaron una declaración conjunta por la que se comprometieron a reabrir las aduanas comerciales de Ceuta y Melilla. Un mes antes, el 19 de marzo de 2022, Sánchez ya cedió ante Rabat para poder iniciar la senda de la reconciliación. Para ello, dio un giro a la postura tradicional de España y declaró la soberanía de Marruecos sobre el Sahara Occidental, el territorio que históricamente se ha disputado con el Frente Polisario, que tiene como principal valedor a Argelia. La otra cara de la moneda de aquella reunión para sellar la paz llega ahora con la aduana de Melilla.