La justicia anula la expulsión del presidente del partido de la derecha francesa que quería pactar con Le Pen
Nuevo giro de tuerca en el caos político que vive Francia tras la decisión de Emmanuel Macron de convocar elecciones legislativas anticipadas. La justicia ha anulado la decisión del partido conservador de Los Republicanos de expulsar a su presidente, Eric Ciotti, por querer pactar con la líder de extrema derecha, Marine Le Pen, de cara a los comicios.
La crisis en el seno de la derecha tradicional, que representa esta formación, toma tintes kafkianos. La secuencia en tres días es la siguiente: el lunes Ciotti dijo querer llegar a un acuerdo con Le Pen, que arrasó en los comicios europeos el pasado domingo. La decisión provocó un seísmo en la formación, que siempre ha visto esto como una línea roja.
Los altos dirigentes del partido se opusieron frontalmente a ello, la Ejecutiva se reunió el martes y decidió su expulsión, mientras Ciotti se resistía a dejar el cargo. El miércoles llegó a cerrar la sede del partido a cal y canto, para evitar que se reunieran. No lo logró, pero recurrió la decisión la justicia, que este viernes la ha invalidado. Es una medida cautelar, hasta que haya un veredicto definitivo.
Mientras la derecha ahonda en su fractura, la izquierda gala trata de recomponerse. El jueves, anunciaron que se unen para presentar candidaturas conjuntas a los comicios bajo el "nuevo Frente Popular", como se han hecho llamar. Este viernes han presentado su programa, con el que pretenden hacer frente a la extrema derecha en las urnas.
Es curioso: el candidato que representará al Frente es Aurelien Rousseau, ex ministro de Sanidad del Gobierno de Macron hasta hace poco más de dos meses, cuando dimitió del cargo después de que el Ejecutivo aprobara en la Asamblea la Ley de Inmigración con los votos de Los Republicanos y del partido de Marine Le Pen.
La decisión de la izquierda de unirse ha sido polémica, pues ya lo hicieron para las legislativas de 2022 bajo las siglas de Nupes, pero la coalición se rompió por las diferencias con La Francia Insumisa, el ala más a la izquierda que lidera Jean-Luc Mélenchon. Estos, por ejemplo, se negaron a condenar los ataques de Hamas del 7 de octubre.
Aún así, han considerado que estas diferencias pesan menos que la posibilidad de que la extrema derecha pueda llegar al Gobierno en Francia. Los sondeos dan la victoria a Le Pen en las urnas, aunque son proyecciones que se basan en la foto del voto de las europeas. El domingo, el candidato del partido de Le Pen (Reagrupamiento Nacional), Jordan Bardella, logró un 32% de los apoyos, el doble que la aspirante del partido macronista.
Los grupos considerados extremos (a la derecha y la izquierda) se hicieron con el 50% del voto, lo que llevó a Macron a convocar nuevas elecciones, para "dar la voz al pueblo", según sus palabras. El presidente lleva toda la semana intentado explicar su decisión, polémica y criticada, al considerar que puede llevar a Francia a un caos mayor.
El que también ha presentado su programa es Jordan Bardella, que, sobre todo, ha dicho lo que no va a hacer: modificar el dispositivo puesto en marcha para los Juegos Olímpicos, que se celebran unas semanas después de ir a las urnas. Para Macron, ambos programas, el de la izquierda y el de la extrema derecha, "representan un gran peligro para el país", ha dicho desde la Cumbre del G-7 que se celebra en Italia.