Sánchez advierte ante las autoridades chinas y las empresas españolas y asiáticas: "Una guerra comercial no beneficia a nadie"
Un agenda cargada, con un importante trasfondo económico. Varios objetivos se encuadran en la visita oficial que Pedro Sánchez está protagonizando en China: afianzar la relación comercial, salvaguardar los intereses de las empresas españolas en China -con especial atención a la industria del porcino- y tratar de que la balanza comercial no esté tan claramente desequilibrada a favor del país asiático. En este contexto, el presidente del Gobierno ha mantenido una reunión a puerta cerrada con el Consejo Asesor Empresarial. Una cita que ha reunido a 43 empresas -22 miembros por parte española, y 21 por parte china- y en la que ha lanzado un claro mensaje, en plena disputa y tensión entre Europa y China por los aranceles a los vehículos eléctricos y la respuesta china de abrir una investigación a la importación de carne de cerdo. "Una guerra comercial no beneficiaría a nadie". Y ante el primer ministro chino Li Qiang y representantes de las autoridades del país ha apostado por "tender puentes" y "soluciones consensuadas".
El pasado mes de junio, la Comisión Europea tomó la delicada decisión de imponer aranceles a los vehículos eléctricos chinos, al considerar que las importantes subvenciones que recibe de Pekín esta industria propiciaba una competencia desleal. Una decisión transitoria, que deberá ratificar en octubre. España votó a favor, pero ahora admiten que como hay una negociación, el voto puede cambiar. La respuesta, apenas unos días después por parte del Ministerio de Comercio de China fue abrir una investigación por competencia desleal contra las importaciones procedentes de la UE de carne de cerdo o casquería.
En este escenario, adquiere gran importancia la segunda visita de Sánchez a China en apenas año y medio. El jefe del Ejecutivo ha abordado "las actuales tensiones comerciales" entre Europa y China, que las ha definido como un "desafío". Con un mensaje de tratar de tender puentes, en su intervención ante el Consejo Asesor Empresarial ha admitido que "la imposición de aranceles" a los vehículos eléctricos, decidida por la Comisión Europea el pasado mes de junio, y de la que entonces España fue partidaria, "suponen un reto para todos".
Con el ánimo de intentar rebajar tensiones, al tiempo que salvaguardar los intereses empresariales españoles -las inversiones o exportaciones de las compañías-, Sánchez se ha mostrado partidario de que el conflicto transite por una "solución negociada y acordada en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Una solución que ayude a crear una mayor igualdad de condiciones y fomente el desarrollo de la industria europea en colaboración con las empresas chinas del sector".
Un mensaje que el presidente del Gobierno ha repetido en un reunión con el primer ministro chino Li Qiang. Al comienzo del encuentro entre las dos delegaciones, Sánchez ha defendido la necesidad de "tender puentes" bajo la "firme voluntad de favorecer e impulsar el diálogo", para tratar de lograr "acuerdos equilibrados que beneficien tanto a la UE como a China". El presidente del Gobierno aboga por "defender un orden comercial justo, manteniendo nuestros mercados abiertos" lo que, quiere, "permita crecer nuestras economías y beneficiar a nuestras industrias a nuestra sociedad".
La decisión del gobierno chino de abrir una investigación a las importaciones de carne de cerdo preocupa al Gobierno y a la industria porcina, pues nuestro país es el principal exportador de cerdo a China, tanto a nivel comunitario como mundial. Según los datos de la Organización Interprofesional Agroalimentaria del Porcino de Capa Blanca, España es el principal exportador de carne y de productos elaborados de porcino a China, con un total de 560.488 toneladas por un valor de 1.223 millones en 2023. Cifras que representan el 20,33% del volumen de las exportaciones de porcino de España y el 13,7% del valor, así como el 20,95% de las importaciones totales de porcino a China.
Este sector está representado en la delegación empresarial que acompaña a Sánchez. Un procedimiento que restringiera la exportación de carne de porcino española a China podría beneficiar a otros países como Brasil, Canadá, EEUU o Rusia.
Las empresas españolas que han participado en la reunión del Consejo Asesor Empresarial han sido, además de la Cámara de Comercio de España y la CEOE, Alsa, Antolín, BBVA, Cepsa, Denodo, Gestamp,GRI Renewable Industries, Grupo Jorge, Isdin, La Liga, Mondragón, Nicolás Correa, Osborne, Roca y Técnicas Reunidas.
El otro mensaje que ha querido lanzar Sánchez a los empresarios es el propósito de "fomentar una relación equilibrada, basada en el respeto y la reciprocidad. Una relación que beneficie a ambas naciones". Una visión que al menos desde la teoría comparte China. Liu Guozhong, vice primer ministro del Consejo de Estado de China, ha apostado por un "entorno equitativo justo", con el propósito por parte del ejecutivo asiático de "promover la relación China-España".
Sabedor de la importancia de una relación comercial fructífera con Chiba -España es el quinto socio de China dentro de la UE, mientras que China es el primer socio comercial de España fuera de la UE-, La Moncloa tiene la voluntad de que se pueda aumentar la presencia de empresas españolas en China, del mismo modo que se pretenden atraer inversiones chinas "de calidad" a España. El Gobierno tiene detectados sectores como el de las baterías, el automóvil, la energía, el hidrógeno verde...