Indra tramita ya la apertura de su planta para montar radares en Córdoba

La hoja de ruta de Indra da sus primeros pasos firmes para empezar a montar en serie tres tipos de radares duales (civiles y militares) en la planta alquilada en el polígono de Las Quemadas. Su idea anunciada era comenzar el montaje en los primeros compases de 2026. En concreto, estos radares de vigilancia espacial primero y luego el resto de familias con las que trabajan. Los procesos de contratación de personal ya han comenzado.

Se trata de radares de última generación para el control de drones y proyectiles desde carros de combate, la vía aeroespacial y la táctica militar antiaérea. Éstos se diseñan en otras sedes de la multinacional que preside Ángel Escribano y la idea es ensamblarlos en esta fábrica de Córdoba. Además de la producción, la planta de Córdoba también servirá para impulsar su desarrollo con capacidades de ingeniería.

Los llamados radares AESA son una nueva generación de radares, conocidos también como 'radar plano', que pueden ser instalados en aviones de combate, barcos de guerra, fragatas lanzamisiles, cruceros de guerra pesados, portaaviones y aviones de reconocimiento. Los radares de vigilancia espacial y antidron se explican por sí solos. Ambos se producirán en el centro de las Quemadas.

El gigante del sector de la defensa y la tecnología desveló en verano que invertirá 56 millones de euros en la apertura de dos centros de producción y fabricación en Córdoba que darán empleo a unos 250 trabajadores. Al de Las Quemadas se suma otro para las infraestructuras metálicas avanzadas (todo apunta que en Rabanales 21, donde en un primer momento iba a comprar una nave ya existente). La idea es que en este segundo centro se realicen los 'refugios' especializados que utiliza la empresa en los centros de mando y control de defensa aérea, de inteligencia de señales y de artillería antiaérea.

Indra ya aterrizó en Córdoba a través de Deuser, la tecnológica de Francisco Adame que adquirió el gigante de la defensa y la tecnología y sobre el que pivota el proyecto de industria 4.0 en el antiguo recinto ferial de la ciudad de San Carlos.