La selección española, convertida en la casa de los líos>

En la reanudación del encuentro, se quedaron en el vestuario Aitana Bonmatí y Athenea del Castillo. En su lugar, debían ingresar Lucía García y Esther González. La delantera del Manchester United se apresuró para saltar al césped antes de que arrancara la segunda parte, con las botas desatadas. Mientras que la ariete del Gotham no pudo hacer lo propio y seguía en el banquillo cuando el balón volvió a rodar. El resultado: la selección española empezó la segunda mitad con una jugadora menos y, fruto del desconcierto y la inferioridad numérica, encajó el gol del empate.

Según adelantaron la Cadena COPE y Relevo, y pudo confirmar ABC, el origen de lo ocurrido fue una discusión entre Aitana y Montse Tomé durante el descanso. La seleccionadora hizo correcciones futbolísticas a la balón de oro y le pidió que diera más. Ante lo que la centrocampista del Barcelona se revolvió para, finalmente, comunicarle que no se encontraba mentalmente para seguir jugando. Aitana, sin embargo, quiso desmentirlo. «Durante el descanso, no me sentí bien y le pedí al cuerpo técnico ser sustituida porque entendí que lo mejor para el equipo era que entrara otra compañera», aseguró a través de sus redes sociales.

Sea como fuere, empezar una segunda mitad con una futbolista menos porque su sustituta no ha tenido tiempo de prepararse es una imagen impropia para la selección campeona del mundo. Y no es la primera. El pasado 31 de octubre, un error al enviar la convocatoria por parte de la RFEF impidió a cuatro futbolistas jugar contra Suiza. Este fallo, por ejemplo, dejó a Irene Paredes sin jugar su partido número 100 con la camiseta de España –algo que consiguió el viernes–.

Además de la sensación de falta de profesionalidad, el suceso dejó un nuevo episodio de discordancia entre la seleccionadora y el vestuario. La versión de Tomé se basa en un imprevisto ocasionado por la centrocampista del Barcelona. «Cuando íbamos a empezar la segunda parte, Aitana nos avisa con poco tiempo de antelación de que no puede continuar. No tenemos tiempo de que Esther pueda calentar, por eso iniciamos la segunda parte con una jugadora menos». Sin embargo, Athenea, quien se enteró de lo ocurrido una vez finalizado el encuentro, llevó la contraria a su entrenadora. «Los cambios los ha dicho al empezar la charla, habrá sido un error de cálculo. Nosotras ya sabíamos que nos quedábamos en el banquillo», a lo que añadió que es algo que «no se puede permitir». Con todo, lo único que falta por saber es cuándo se producirá el próximo episodio surrealista en la selección española.