La presidenta de la Diputación Provincial, Concepción Cedillo, ha presentado este jueves por la mañana uno de los proyectos más importantes de su legislatura: la rehabilitación del Pabellón 3 de la Residencia Social Asistida San José, que se transformará en una unidad especializada en la atención y rehabilitación de personas con Daño Cerebral Adquirido (DCA). Un proyecto de nueve millones de euros, que se financia íntegramente con fondos propios de la Diputación, para mejorar la atención especializada de un colectivo especialmente vulnerable y en creciente demanda asistencial. Un centro pionero en esta provincia que viene a da respuesta a una necesidad sanitaria y social urgente en la provincia de Toledo, donde no existen unidades especializadas para el tratamiento de pacientes con DCA, a pesar de que esta patología afecta a más de 100.000 personas al año en España, y que obliga a los toledanos a trasladarse fuera de la provincia para su recuperación.
En presencia del vicepresidente y diputado del área de Bienestar Social, Familia y Juventud, Daniel Arias, y del también vicepresidente Joaquín Romera, que hace dos años sufrió un ictus cerebral del que sigue recuperándose, Cedillo ha destacado con este proyecto se pretende devolver a estos pacientes la «dignidad, la autonomía y el futuro». El nuevo centro ofrecerá una atención integral y especializada a quienes se ven afectados por un ictus, un accidente de tráfico, un traumatismo o una enfermedad neurodegenerativa, unas situaciones «que irrumpen de manera brusca en la vida de las personas y que suponen un antes y un después tanto para los pacientes como para sus familias».
Según ha explicado la presidenta, este centro dispondrá de 40 plazas de ingreso, en habitaciones adaptadas con posibilidad de alojamiento para un familiar, y contará con un hospital de día que permitirá atender entre 200 y 400 personas cada año, dotado de un equipo multidisciplinar de profesionales altamente cualificados, garantizando así un abordaje integral de la rehabilitación. La Diputación ya hablado con la Junta de Comunidades para gestionar la entrada de pacientes, que se regulará a través de un convenio. Las obras, que están en licitación, tendrán una duración de veinte meses, por lo que el centro, que contará con todo tipo de especialistas, podrá estar funcionando antes de que finalice la legislatura.
Además, como ha subrayado Cedillo, el objetivo de este ambicioso proyecto «no será únicamente la recuperación física de las personas afectadas, sino también la reinserción social, laboral y personal de los pacientes», porque de lo que se trata «es de devolver proyectos de vida».
La Diputación de Toledo asumirá la inversión inicial y la contratación de los profesionales necesarios, asegurando posteriormente un modelo de gestión que garantice la continuidad, la calidad y la sostenibilidad del recurso.
La presidenta ha incidido en que este centro responde a un fenómeno cada vez más frecuente, que afecta incluso a personas jóvenes en torno a los 40 años, cuya vida se ve interrumpida de manera abrupta y que necesitan de la rehabilitación para recuperar autonomía y dignidad.
«Este centro es mucho más que un recurso asistencial; es un mensaje de esperanza, una garantía de acompañamiento y la demostración de que nadie está solo», ha señalado la presidenta, quien ha insistido en que la Diputación de Toledo quiere ser motor de progreso, pero también sostén en la dificultad.
Con esta actuación, la Diputación da respuesta a esta carencia, habilitando un pabellón en desuso desde 2009 y en condiciones de abandono, para dotarlo de un uso asistencial de primer nivel. La nueva unidad prestará servicio desde la fase subaguda del tratamiento, justo después de la atención hospitalaria inicial, y ofrecerá un proceso rehabilitador integral destinado a la reintegración física, funcional y social de los afectados.
La Residencia Social Asistida cuenta con 5 pabellones, de los cuales solo están en uso en la actualidad 4 de ellos. La reforma del pabellón 3 permitirá albergar dicha unidad de rehabilitación desde la fase subaguda, que se inicia una vez terminado el periodo inicial de tratamiento hospitalario de la fase aguda.
Entre las razones que justifican esta actuación se encuentra la necesidad de recuperar un recurso infrautilizado desde hace más de una década, así como la planificación de servicios asistenciales que podrían beneficiarse de futuras líneas de financiación pública. Esta será una actuación más de las que se están llevando a cabo durante esta legislatura en la Residencia Social Asistida San José sumada a la nueva Unidad de Paliativos, la reformas de los comedores del Pabellón 2 y mejoras de accesibilidad, entre otras.
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