En Castilla-La Mancha hay alrededor de 20.000 personas con daño cerebral adquirido y tan solo una unidad especializada en la atención y rehabilitación que atiende a estos enfermos en el Hospital Universitario de Guadalajara. Un servicio que tiene 200 plazas y atiende a 500 personas. «El 32 por ciento de los pacientes que atiende son de la provincia de Guadalajara y el 25 por ciento de Toledo por lo que la lista de espera es muy larga», explica el vicepresidente y diputado del área de Bienestar Social, Familia y Juventud, Daniel Arias
Para dar respuesta a esta carencia desde la Diputación de Toledo, «en busca de una solución», han decidido demoler el pabellón número 3 de la Residencia Social Asistida de San José (RSA), un edificio en desuso desde 2009, para convertirlo en la futura unidad de daño cerebral en la provincia. «Era un recurso infrautilizado y nuestra obligación era ponernos a trabajar y dar respuesta a toda esta gente que lo necesita y qué mejor sitio que la residencia social asistida San José, que cuenta con personal muy cualificado para acoger esta unidad», afirma.
El Ayuntamiento de Toledo ha dado ya luz verde a los trabajos de derribo y, tras las licitaciones oportunas y la adjudicación del contrato, se espera que las obras puedan comenzar en el primer semestre del 2026. «El plazo de ejecución es de 20 meses pero esperamos que se pueda acortar porque es una necesidad de carácter urgente en la provincia», indica Arias.
Los trabajos se financiarán con fondos propios de la Diputación.
Un proyecto que responde a una «necesidad sanitaria y social urgente» en la provincia de Toledo. «Actualmente, los residentes deben desplazarse fuera de su provincia, e incluso fuera de la región, para recibir atención especializada, lo que supone una importante carga asistencial y emocional para pacientes y familia», explica Arias, que añade que «además las personas afectadas por esta patología tienen la particularidad que cuanto antes se les dé un tratamiento la afectación que tengan será menor».
La RSA cuenta con cinco pabellones, de los cuales en la actualidad solo cuatro están en uso. La reforma del pabellón 3 permitirá albergar dicha unidad de rehabilitación que prestará servicio desde la fase subaguda del tratamiento, justo después de la atención hospitalaria inicial, hasta un proceso rehabilitador integral destinado a la reintegración física, funcional y social de los afectados.
Un centro de referencia
Recuerda el diputado del área de Bienestar Social que cuando llegaron al Gobierno de la Diputación de Toledo, en julio del 2023, una de sus prioridades era la Residencia Social Asistida San José. «Era un edificio abandonado y nuestro objetivo siempre ha sido que fuera un centro de referencia en Castilla-La Mancha», asegura.
Para ello se pusieron manos a la obra. En los dos años que llevan en el gobierno de la institución provincial afirma que han dado «pasos muy importantes». Han creado la única Unidad de Cuidados Paliativos que exista en un centro sociosanitario en la comunidad, con una capacidad de catorce habitaciones, que se sumarán a las ocho que hay del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam), «con el fin de seguir avanzando en la humanización de la sanidad y acompañar a los enfermos también en la etapa final de la vida». Un servicio que se prevé que entre en funcionamiento entre los meses de octubre y noviembre.
Tampoco se olvida de las obras que se llevarán a cabo en el pabellón número 2 que era «una demanda urgentísima» para que los usuarios pudieran comer en comedores porque «hasta ahora lo hacen en pasillos habilitados para ello donde se sacaban las mesas y eso no puede seguir así», sentencia. Así como las diferentes mejoras realizadas en materia de accesibilidad -construcción de rampas- y la adecuación de las medidas de seguridad en materia de incendios.
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