Barnier anuncia subidas de impuestos a ricos y grandes empresas: "El país está al borde del precipicio"
Nada más arrancar su discurso de estreno como primer ministro en la Asamblea, los diputados de izquierda han empezado a abuchearle y han mostrado, en pie, sus carnet de votante. Esta escena ilustra bien la que le espera al recién estrenado Gobierno francés, liderado por el conservador Michel Barnier, quien, 26 días después de ser elegido en el cargo, ha detallado ante la fragmentada Asamblea su hoja de ruta.
Es su plan de Gobierno para los próximos tres años, aunque no se sabe lo que va a durar. Barnier ha reconocido la situación "grave que vive Francia". Las elecciones legislativas anticipadas de julio dejaron el Parlamento dividido en tres bloques, ninguno con mayoría. El presidente, Emmanuel Macron, tardó casi dos meses en elegir nuevo primer ministro, ante la falta de consenso.
Hay "una espada de Damocles que pesa sobre la cabeza del Gobierno, pero la verdadera espada de Damocles pesa sobre todos los franceses", ha dicho Barnier, en referencia a la deuda. Su hoja de ruta, que ha resumido en cinco grandes desafíos, contempla un paquete de medidas económicas, destinadas a reducir "nuestra doble deuda: la presupuestaria y la ecológica". "La verdadera espada de Damocles es la deuda colosal, que puede poner al país al borde del precipicio", así como el déficit, que será del 6% este 2024, por encima de lo previsto.
"Esta situación nos debilita en Europa", ha dicho ante los diputados. Para llevar el déficit en 2025 al 5% del PIB (y al 3% en 2029) y cumplir así con los objetivos de Bruselas, prevé bajar el gasto público, también habrá una "contribución excepcional, enfocada y limitada en el tiempo a los franceses más ricos".
Este esfuerzo fiscal viene tras siete años de bajadas de impuestos. Macron nunca ha querido subirlos. Barnier es partidario de hacerlo para poder equilibrar el presupuesto, que tendrá que presentar en los próximos días. Además, ha anunciado que "las empresas que tienen grandes beneficios también harán una contribución excepcional". No ha concretado ninguna de estas medidas.
Se ha mostrado favorable a reabrir el diálogo para retocar la reforma de las pensiones. Esta ley, que elevaba la edad de jubilación, es una de las grandes reformas de este segundo mandato de Emmanuel Macron: se aprobó en la primavera de 2023, tras meses de protestas en la calle y con casi todo el arco parlamentario en contra.
No se sabe cuánto tiempo aguantará el nuevo Gobierno. Barnier no ha pedido el voto de confianza, como suele ser habitual. No lo habría tenido: no tiene mayoría y depende de que el partido de Marine Le Pen, Reagrupamiento Nacional, decida apoyar la moción de censura que va a presentar la izquierda para tumbarlo. De momento, ha dicho que no lo hará. Que el nuevo Ejecutivo tenga un aire más a la derecha es, de hecho, un guiño a Le Pen.
Este es el Ejecutivo más inestable que tiene Francia en décadas. Emmanuel Macron optó por nombrar a Barnier, del partido conservador de Los Republicanos, y este ha formado un Ejecutivo sobre todo con ministros de esta formación y macronistas. Sin embargo, la izquierda, el bloque con mayoría en las legislativas, no está presente.
"Algunos tienen líneas rojas, quizá demasiado rojas", ha dicho en referencia a la extrema izquierda. "Yo también tengo las mías: No habrá ninguna tolerancia con el racismo y el antisemitismo" ni "un cuestionamiento de la laicidad ni de las conquistas realizadas", por ejemplo la ley del aborto, ni tampoco sobre el matrimonio homosexual", ha dicho. Estas en realidad, eran las líneas rojas que los macronistas le habían marcado cuando formó Gobierno: que no hubiera un paso atrás en estos derechos. El recelo viene porque hay algunos ministros, concretamente el de Interior, que se opusieron en su día a estos avances.
Sobre la situación caótica que vive el país, ha insistido: "Necesitamos un nuevo método: de escucha y diálogo, entre el Gobierno y el Parlamento. De escucha y respeto a los partidos de todas las sensibilidades políticas", ha dicho, en un guiño a la formación de extrema derecha de Marine Le Pen. Lo he dicho desde el principio, os escucharemos a cada uno de vosotros, aunque ese respecto no sea siempre recíproco", ha dicho, esta vez dirigiéndose a la extrema izquierda de Jean Luc Mélenchon.