El Bundesbank, partidario ahora de flexibilizar el freno a la deuda

Cabe recordar que Alemania exportó este modelo a España en 2011, cuando Zapatero se plegó a la exigencia de Merkel y llevó al Congreso de los Diputados una reforma de la Constitución española para «fortalecer» la confianza en la estabilidad a medio y largo plazo en la economía de España.

Ahora que el gobierno alemán se encuentra en un callejón presupuestario sin salida, sin embargo, la 'coalición semáforo' de Olaf Scholz está discutiendo una reforma constitucional en dirección contraria y el Bundesbank bendice la reforma. No es de extrañar que entre los periféricos del sur de Europa, que antaño sufrieron la rigidez de la disciplina alemana, hayan empezado a surgir las primeras burlas.

El ex ministro de Finanzas griego Panagiotis Lafazanis, que en lo peor de la crisis de la deuda tuvo que soportar que el diario Bild sugiriese en su portada que Grecia vendiese sus islas y la Acrópolis para superar la bancarrota, propone ahora por su parte que Alemania venda la isla de Sylt para superar su condición de enfermo de Europa.

Y esta expresión parece causar hurticaria al presidente del Bundesbank, Joachim Nagel, que ha salido en una entevista con Der Spiegel a desmentirla.

El caso es que Alemania vuelve a estar al borde de la recesión, sin haber logrado solucionar su crisis energética, con una deuda pública en el 66% del PIB a finales de 2022 y sin presupuestos generales. Los de 2023, tumbados por el Tribunal Constitucional, han sido rescatados 'in extremis' por el gobierno por medio de una declaración de emergencia retroactiva, decidia en diciembre pero que estará en vigor desde principios de año, y gracias al consenso tácito de la oposición, que para evitar la quiebra estatal consiente en no llevar ante los tribunales semejante proceder.

Otra cosa son los presupuestos generales de 2024, cuyo proyecto sufre a fecha de hoy un agujero de al menos 17.000 millones de euros y corre el peligro de no poder superar el proceso parlamentario antes de final de año. El ministro de Economía y Clima, Robert Habeck, ha cancelado incluso su viaje a la Cumbre del Clima COP28 porque sigue enfrascado en Berlín en las endiabladas negociaciones.

Los tres partidos políticos que forman parte del gobierno han pasado este fin de semana enclaustrados sin lograr llegar a una solución. Es en este contexto en el que Nagel vuelve del revés la seña de identidad del Bundesbank alemán afirmando que «si los ratios de endeudamiento son bajos, el límite de crédito podría ampliarse moderadamente y las inversiones también podrían protegerse mejor».

Planificado desde el mes de abril

Fuentes del Bundesbank señalan que los planes internos detallados sobre una posible reforma del freno a la deuda no son de ahora, sino que datan del mes de abril. El ensayo de ese momento proponía cambiar el proceso de ajuste económico del freno de la deuda para permitir un mayor nivel de nueva deuda cuando la economía ejerce presión sobre el presupuesto estatal, como es el caso actualmente. Más adelante, según el nuevo modelo, la nueva deuda permitida disminuiría cuando la economía aliviase la carga sobre el presupuesto.

En definitiva, Alemania aplicaría políticas de deuda más similares a las que en su día suplicaba el tristemente célebre Yanis Varoufakis. Entre otras cosas, el Bundesbank considera que podría haber un retraso en las revisiones del nivel impositivo ajustado cíclicamente. Si el nivel esperado se corrige a la baja, la política financiera sólo tiene que adaptarse gradualmente al marco financiero más estrecho; pero si se corrige al alza, sólo podrá utilizar el marco financiero más amplio de forma gradual.

La elaboración del presupuesto podría estabilizarse contabilizando los gastos por intereses en valores devengados. Elevar el límite de deuda del 0,35% PIB hasta un ratio de déficit estructural de las administraciones públicas del 0,5%. y aumentar con ratios de endeudamiento «podría privilegiar las inversiones sobre el gasto de los consumidores mediante una regla de oro limitada», afirma el documento del Bundesbank.

La idea de una «regla de oro» para la gestión presupuestaria significa diferenciar entre gasto en inversión y gasto en consumo: el endeudamiento para inversión resulta a sus ojos más permisible. «Es crucial centrarse en las inversiones netas y mantener límites superiores consistentes con la estabilidad para la nueva deuda», afirma el banco central alemán. En términos de política de estabilidad, también le parece justificable cancelar las obligaciones de pago de emergencias anteriores si el ratio de endeudamiento está por debajo del límite del 60%.«Es crucial disponer de límites superiores coherentes con la estabilidad del nuevo mundo», justifica.