El rastro del jubilado español encarcelado por el ejército de Putin alcanza Moscú

David Maroto

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Desde que lo apresaran las tropas rusas durante una manifestación contra la invasión de Ucrania, han transcurrido exactamente tres años, cinco meses y trece días. Una eternidad para la familia de Mariano García Calatayud, el valenciano de 77 años que se mudó a Jerson para desempeñar labores humanitarias, encandilado por las historias soviéticas que le contaba su padre durante su infancia. Ahora, lucha por sobrevivir -porque no hay constancia de lo contrario- en gulags y sus allegados mantienen un mínimo halo de esperanza de que un día suene el teléfono con buenas noticias.

Durante todo este tiempo, ABC ha venido informando puntualmente de los escasos avances en la búsqueda y anhelada liberación de Mario, como se le conoce en Ucrania debido a la dificultad para los locales a la hora de pronunciar su verdadero nombre. Primero, estuvo encarcelado en el centro de detención preventiva SIZO-2 de Simferópol, en Crimea. Allí, pese a su avanzada edad y sufrir afecciones cardiacas que le obligan a tomar pastillas, estuvo incomunicado y, según testigos consultados, padeció torturas, como descargas eléctricas y mordeduras de perro.

Todos los intentos de contactar con el anciano natural de Carlet fueron infructuosos. Su abogado recibió una carta de la Fiscalía Militar de la Flota del Mar Negro rusa, en la que se comunicaba que había «salido del territorio de la República de Crimea» y entrado en la región de Jersón y que la Fiscalía no tenía «información sobre su paradero».

Amnistía Internacional, que ha presentado más de 4.000 firmas ante el Fiscal General de la Federación Rusa, Krasnov Igor Viktorovich, exigiendo la inmediata liberación del ciudadano español, señala que este caso es similar «de cientos de civiles de los territorios ucranianos ocupados por Rusia a quienes las autoridades rusas han sometido a desaparición forzada o recluido en régimen de incomunicación». Dada la negativa a la petición, la organización seguirá trabajando con el Gobierno español para tratar de obtener información sobre su paradero.

Pese a los 40 meses que han transcurrido desde su primera encarcelación, la familia no pierde la esperanza. Su hijo David relata a este periódico que un abogado ruso consiguió algunas informaciones que apuntaban a que podía estar encerrado en una cárcel de Moscú. Sin embargo, no saben nada más pese a los intentos de Cruz Roja de intermediar en el conflicto y de las autoridades ucranianas y españolas de facilitar un intercambio de presos con el que liberar a Mariano.

Tatiana, su pareja, ha dejado atrás Ucrania y se ha mudado a Escocia junto a su hija. «Jersón es ahora un campo de batalla», lamenta en declaraciones a ABC. «Creo en lo mejor y aún tengo esperanza», afirma. Hace pocas semanas, fue liberado el exalcalde de esta localidad, Volodímir Mykolaienko, amigo personal de Mariano, quien estaba preso en la cárcel de Pakino. No obstante, este no ha oído nada sobre el español en todo este tiempo.

Imagen de archivo de Mariano García en una manifestación en Ucrania contra la invasión rusa ABC

A los nuevos liberados les están enseñando una foto de Mariano, pero ninguno le ha reconocido en los interrogatorios que llevan a cabo los agentes de la Dirección Principal de Inteligencia de Ucrania. Mientras, su abogado Anatoli Fursov recibió información de que está preso en Lefortovo, aunque no hay datos definitorios que lo confirme pese a los repetidos y constantes intentos del letrado.

La cárcel de Lefertovo, ubicada en Moscú, fue construida en 1881 y bajo el mandato de Stalin la Unión Soviética la utilizó para que la policía secreta llevara a cabo torturas interrogatorias y ejecuciones masivas. Más tarde, se convirtió en una prisión de la KGB para presos políticos hasta que fue transferida al Servicio Federal de Seguridad de la Federación de Rusia.

El papel de Cruz Roja

El portavoz del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en Kiev, Pat Griffiths, confirma a este diario que están en permanente contacto con los familiares directos, así como si se diera el caso visitar a los prisioneros. «Como partes en un conflicto armado, según el derecho internacional humanitario, Rusia y Ucrania tienen la obligación de dar cuenta de los soldados enemigos que capturan y de compartir información sobre ellos con la otra parte a través de un intermediario neutral, como el CICR, para que las familias puedan estar informadas», explica.

Con datos actualizados a julio de 2025, el CICR tiene hasta 146.000 casos abiertos, de ambos lados de la línea del frente, de personas cuyo paradero sigue siendo desconocido, cuya no incluye a quienes han sido confirmados como prisioneros de guerra. «Como parte de nuestro trabajo para facilitar el intercambio de información entre Rusia y Ucrania, hemos podido ayudar a más de 14.400 personas a recibir información sobre el destino o el paradero de un ser querido desaparecido», señala Griffiths.

Los Estados también tienen la obligación de permitir a Cruz Roja acceder a todos los prisioneros de guerra que tienen en su poder, dondequiera que se encuentren, y en múltiples ocasiones para que pueda observar las condiciones en las que se encuentran. En este conflicto armado, el CICR ha podido visitar a prisioneros de guerra de ambos bandos, aunque principalmente en Ucrania.

«No hemos podido visitar a todos los prisioneros de guerra. Estas limitaciones a nuestro acceso humanitario son frustrantes y dolorosas para las familias, pero nuestro trabajo para mejorar dicho acceso no se detiene», defiende. Además, en todo este tiempo han logrado compartir más de 19.500 mensajes personales entre familias y prisioneros.

Qué dice el Gobierno de España

En diferentes ocasiones, fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores consultadas por ABC han señalado que «siguen con preocupación el caso y mantienen informada a la familia de cuantas noticias puedan recibirse del eventual paradero de Mariano García».

No obstante, el Defensor del Pueblo contestó hace un tiempo a la queja de la familia de Mariano concluyendo que «en estos momentos, el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación carece de información contrastada y veraz sobre el paradero» del compatriota apresado.

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