Feijóo sostiene que, tras el pacto con Bildu en Pamplona, Sánchez deja al PP como único partido de Estado y constitucional

El propio Alberto Núñez Feijóo anticipó que su balance político de 2023 iba a ser “intenso y no ligero” y cumplió su palabra. El líder del PP compareció para efectuar su “crítica política” de todo lo sucedido durante el último ejercicio en España y para ratificar que, efectivamente, su balance es mucho peor que agorero y que sus pronósticos para 2024 son algo más que sombríos. Feijóo resumió las crisis provocadas por Pedro Sánchez y su Gobierno en tres, la económica, la institucional y la ética. En el panorama económico no observa ningún índice medianamente positivo y no aclaró qué hará el PP cuando el megadecreto anticrisis llegue al Congreso para ser convalidado. Sobre las negociaciones institucionales en marcha, fue igual de pesimista y confió todo a que el supervisor de la Comisión Europea logre doblegar las posiciones del Ejecutivo con respecto a la reforma y renovación del Consejo General del Poder Judicial, incluso con expedientes. A su juicio, Sánchez “ha cruzado todas las líneas” con la moción de censura en Pamplona (que esta mañana ha dado la alcaldía a Bildu con el apoyo socialista), hasta el punto de llevar al PSOE actual a dejar de ser “un partido de Estado”, una responsabilidad que Feijóo cree que ya únicamente ejerce el PP.

El presidente Sánchez había adelantado, el miércoles en La Moncloa, en su optimista análisis de la situación del país, que en el bando contrario proliferan “profetas del caos” que nunca llega. Feijóo obvió esa crítica y abundó en su cuestionamiento de todos los datos, índices y proyecciones positivas sobre la economía española. El jefe de la oposición tampoco comparte el modelo de medidas anticrisis que el Consejo de Ministros acordó prorrogar y que en un mes debe de convalidar el Parlamento. Feijóo no aclaró qué votará el PP entonces, pero sí remachó que el Gobierno no les hace ningún caso para negociar y planteó que entre sus exigencias estaría la necesidad de una bajada de impuestos para las clases medias y más desfavorecidas.

En el apartado de la crisis institucional fue dónde Feijóo situó la negociación pendiente de retomar para la renovación del Consejo General del Poder Judicial, el órgano de gobierno de los jueces, que lleva cinco años prorrogado y fuera de mandato con cada vez mayores repercusiones en la judicatura por el boicoteo del PP. El líder del PP identificó al CGPJ “como último dique de contención a los abusos del Gobierno” y recalcó que el PP “vigilará de cerca la renovación y el método de elección” de ese órgano.

PSOE y PP, según el principio de acuerdo que retomaron Sánchez y Feijóo en su reunión de la semana pasada, han pactado recurrir a algún representante de la Comisión Europea para resolver primero la renovación del Consejo y luego promover una nueva ley que rija ese órgano. Feijóo no quiso precisar cuál es ahora su modelo para esa ley. A Feijóo solo le interesó subrayar que en ninguna nación europea se han “reescrito” sentencias en favor de delincuentes condenados, como retrata los objetivos de la registrada ley de amnistía, pactada entre el PSOE y Junts y ERC. Y denuncia que esa norma es “una anomalía” y que “el intento de dejar si efecto la separación de poderes” así en España es “algo inaudito”.

El presidente popular identifica todas esas actuaciones “con la ambición desmedida de Sánchez” y con su interés de “darles impunidad” a un amplio catálogo de socios radicales e independentistas con el único logro de conseguir su investidura. El dirigente popular sostiene que en España han ocurrido todas las indignidades imaginables “a la vez” y a la cúpula de esas denuncias elevó a la moción de censura en Pamplona. Feijóo concluye que con esa entrega por parte del PSOE y su “pacto del encapuchado” a Arnaldo Otegi y Bildu de esa alcaldía “se han cruzado todas las líneas” porque cree que se ha mentido y ocultado lo que los socialistas nunca habían estado dispuestos a hacer. Feijóo entiende que así “España no gana una alcaldía progresista, sino reaccionaria y España pierde un partido de Estado. Sánchez ha elegido acabar el año brindando con Bildu en Pamplona”.

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El líder del PP avanzó que en las elecciones gallegas ya fijadas para el 18 de febrero estará en juego lanzar el mensaje de “mantener la estabilidad y el rigor o que Sánchez use Galicia como otra de sus sucursales radicales”; que en las vascas, aún por agendar, “el PP es la única alternativa a las políticas de Sánchez, Bildu y sus socios”, y en las Europeas del 9 de junio que se dilucidará “reconocer a los que defienden los valores de la Unión y censurar a los que los atropellan”.

Críticas y dimisión de Javier Ortega Smith

Feijóo, eso sí, fue nítido en sus críticas al concejal de Vox en Madrid y diputado de la formación ultra en el Congreso, que la semana pasada agredió e intimidó en un pleno del Ayuntamiento de la capital a un edil de Más Madrid. El presidente del PP, partido socio de Vox en varios gobiernos autonómicos y municipales, señaló que comportamientos como el de Ortega “no caben” y son “inadmisibles”. Apuntó incluso que su partido debería forzarle a dimitir y que sería lo que él haría. De camino rescató también un incidente violento que él sufrió en el Parlamento gallego durante una intervención, en abril de 2013, del entonces portavoz de Alternativa Galega de Esquerda (AGE), José Manuel Beiras, que se encaró con él cuando era presidente de la Xunta frente a su escaño y hasta llegó a golpear esa tarima con el puño cerrado. Feijóo incidió mucho este jueves que entonces militaba en esa formación con Beiras la actual líder de Sumar, Yolanda Díaz, y que no censuró ni reprochó aquella agresión y le pidió coherencia.

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