Rusia lamenta que la demonicen para justificar un mayor gasto en defensa de la OTAN

El mismo representante ruso ha opinado que la alianza fue «creada para la confrontación» y solo trae «agresión y confrontación». El rearme europeo, del que el líder francés Emanuel Macron ha sido uno de los más partidarios (algo que le ha valido para ser comparado con Napoleón Bonaparte por parte del oficialismo ruso), hace saltar las alarmas en el Kremlin. Aunque critica abiertamente esta tendencia, esa receta no se la aplica para sí misma, pues incluso en 2021, según datos del Instituto de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI), Rusia gastaba más en el ejército que cualquier país de la UE, si se contaba con el gasto sobre el PIB (4,1%), algo que ha crecido con la guerra y el mismo SIPRI estima que ya supone cerca del 7-8% de sus recursos.

Otro de los nombres relevantes del oficialismo ruso, el ministro de Asuntos Exteriores Serguéi Lavrov, ha acusado desde 11º Foro internacional anual de expertos y científicos Lecturas de Primakov de este martes a la OTAN de tener el objetivo de «buscar enemigos» y ha reiterado que Rusia no quiere a una Ucrania como parte de la Alianza Transatlántica. Recordó las palabras del líder ruso Vladímir Putin en las que pidió que Kiev tenga «un estatus neutral, no alineado y un estatus sin armas nucleares».

Este país de Europa Oriental tuvo ojivas atómicas hasta 1994, cuando cedió las que heredó de la Unión Soviética a Rusia a cambio de «garantías de seguridad». A pesar de ello el país euroasiático ha interferido en Ucrania, se anexionó algunas de sus regiones, armó a las milicias rebeldes del Donbás e inició la invasión del país en 2022.

«Una guerra contra Rusia»

Además Lavrov ha asegurado que Occidente «está directamente participando en la preparación para una guerra contra Rusia». Ha recordado que recientemente cuando la OTAN lo requiera «los países miembros estarán obligados a ceder su territorio» para trasladar tropas y equipos al este». El oficialismo ruso, muy crítico con las ofensivas como el bombardeo de Serbia en 1999, amenaza desde diferentes voces a países occidentales. En la televisión pública los tertulianos de uno de los principales late shows políticos del país euroasiático pide quemar capitales europeas como Madrid, Londres o Berlín; invadir Suecia y los países bálticos, entre otros.

Esa dinámica no es solo en los medios, también se ve a miembros del oficialismo como el vicepresidente ruso Dmitri Medvedev declarar que «Ucrania no debería existir» e hizo una aparición pública donde se mostraba el mapa de como debería ser este país, en el que la mayor parte de sus provincias pasaban a formar parte de Rusia, algunas de países fronterizos como Rumanía y Polonia; mientras solamente la región alrededor de la capital seguía estando bajo control de Kiev. Incluso el mismo Putin declaró el pasado 20 de junio que considera que los pueblos «ruso y ucraniano son el mismo», a lo que añadió que por ende «todo lo de Ucrania pertenece a Rusia».