La denuncia fue presentada el pasado 16 de octubre, lo que dio inicio a una investigación por parte de la Policía Nacional. Las pesquisas condujeron hasta una empleada del hogar de Casillas que llevaba años trabajando para él, y su marido, quien ejercía de vigilante en la misma urbanización madrileña donde reside el deportista. Ambos fueron detenidos el martes 21, justo cuando se disponían a abandonar el país.
Gracias a la rápida actuación policial, dos de los cinco relojes sustraídos han sido recuperados, mientras que las autoridades continúan buscando el resto de las piezas. El caso sigue abierto y no se descartan nuevas diligencias.
Aunque el suceso ha causado gran revuelo mediático, Iker Casillas ha querido mostrarse sereno y confiado en el trabajo de los investigadores. Desde Houston (Estados Unidos), donde se encuentra actualmente, el exguardameta se ha pronunciado a través del programa 'Fiesta', que logró recoger sus primeras palabras tras el escándalo.
«Me ha dicho que está muy bien, muy tranquilo y que va todo bien. Que la Policía lo está controlando y que está en manos de la Policía. La investigación sigue abierta«, relató una reportera del programa, en declaraciones textuales que reproducen la postura del exguardameta.
Estas breves pero firmes palabras reflejan la actitud de calma con la que Casillas está afrontando la situación. Pese a la traición de quienes formaban parte de su entorno doméstico, el exjugador mantiene la confianza en que la justicia esclarezca por completo el caso.
Más allá de su valor económico, los relojes robados formaban parte de una colección muy personal para Casillas, compuesta por piezas únicas que ha ido adquiriendo a lo largo de su trayectoria profesional. Algunos de ellos eran regalos de compañeros de equipo y otros, recuerdos de etapas clave de su carrera.
La noticia ha generado un fuerte impacto entre los seguidores del exfutbolista, que se ha mantenido al margen del foco mediático en los últimos años. Sin embargo, este inesperado episodio ha vuelto a situar su nombre en los titulares, esta vez por un motivo que él nunca hubiera deseado.