Dejar de fabricar dos millones de vehículos o pagar hasta 13.000 millones de euros en multas

Los fabricantes automovilísticos europeos están presionando para que la UE retrase dos años los objetivos de emisiones contaminantes de los coches para 2025, ya que estaría en juego la producción de hasta dos millones de vehículos. Así lo recoge un documento de la patronal ACEA al que ha tenido acceso Bloomberg y que recoge Europa Press.

La actual normativa fija que las flotas vendidas por cada marca emita una media de 93,6 gramos de CO2 por kilómetro entre 2025-2029. El año pasado, ese dato fue de 106, 6 gramos.

Dos alternativas, las dos malas

Quien no alcance esos objetivos, tendrá que abonar 95 euros por cada gramo de exceso y vehículo lo que, según la patronal europea ACEA, podría suponer unas sanciones conjuntas de 13.000 millones, a lo que habría que añadir otros 3.000 millones de los vehículos comerciales. Volkswagen, Renault, Stellantis y Ford serían las compañías más expuestas.

La otra alternativa, dado que la demanda de eléctricos no avanza a la velocidad esperada, sería dejar de producir dos millones de vehículos de combustión que contaminan más y elevan la media de emisiones. Es una posibilidad que ya dejó caer la semana pasada el CEO de Seat y Cupra, Wayne Griffiths, cuando se lamentó de la reducción de ventas del Tavascan por los aranceles de la UE a los eléctricos fabricados en China. «Si no alcanza las cifras esperadas, tendremos que reducir la fabricación de coches de combustión si no queremos pagar multas», dijo.

Peligro para millones de empleos

«La UE atraviesa una crisis provocada por la baja demanda de vehículos eléctricos por parte de los consumidores y la competencia desleal de coches a baterías de terceros países, lo que significa que la industria de la UE no podrá cumplir los objetivos», alerta ACEA para añadir que «no tendrá más remedio» que reducir «significativamente» la producción, lo que «pone en peligro millones de empleos y perjudica a los consumidores y a la competitividad».

El documento señala que la región «carece de condiciones cruciales para la venta masiva de automóviles y furgonetas de cero emisiones». Entre ellas, la infraestructura de carga y recarga de hidrógeno (H2), un entorno de fabricación competitivo, energía verde asequible, incentivos fiscales y de compra, y un suministro seguro de materias primas, H2 y baterías.

Según el sector, para cumplir en 2025, la cuota de vehículos eléctricos en turismos y furgonetas debería situarse entre el 20% y el 22%. Hoy no se llega al 14% en los turismos y mucho menos en el caso de las furgonetas.

Cínico y absurdo

La petición de retrasar dos años el objetivo de CO2 ha sido muy criticada por la asociación ecologista Transport & Environement (T&E). En primer lugar, cuestionan que los fabricantes pretendan ampararse en el artículo 122 de los Tratados de la UE, que establecen una cláusula para situaciones de crisis que últimamente sólo se ha utilizado para la guerra de Ucrania y la pandemia del Covid19.

«Es cínico y absurdo. Los fabricantes ganaron más de 130.000 millones solo en los últimos dos años y han tenido seis desde que se fijó el objetivo para adaptarse. Ahora quieren que se declare el estado de emergencia para seguir vendiendo coches sucios y obteniendo grandes beneficios. Esto no es una guerra ni una pandemia, sino un truco egoísta» denunció Julia Poliscanova, directora senior de vehículos y cadenas de suministro de movilidad eléctrica en T&E.